Puerto Rico recuerda hoy cómo hace 45 años perdió a uno de sus luminarias más queridas, tanto en el deporte como por su servicio al ser humano: el pelotero Roberto Clemente.
Y aunque ningún organismo ni entidad gubernamental organizó hoy algún evento para la ocasión, según confirmó a Efe el miembro del Society for American Baseball Research (SABR), Ángel Colón, los puertorriqueños y seguidores del béisbol recuerdan bien todas las gestas que realizó Clemente dentro y fuera del terreno.
Durante sus 18 temporadas en las Grandes Ligas con los Piratas de Pittsburgh, Clemente ganó cuatro títulos de bateo, un premio de "Jugador Más Valioso" en las Grandes Ligas en 1966 y tuvo dos apariciones en la Serie Mundial.
Bateó para .317 de promedio de por vida, fue seleccionado doce veces al Juego de las Estrellas e igual número de ocasiones fue galardonado con un "Guante de oro" en las Grandes Ligas por su excelente defensa.
Tal fue su excelencia defensiva que en 1958 sacó a 22 corredores para ganar el primero de un récord de cinco títulos de asistencias.
Clemente se convirtió en 1972 en el primer pelotero latinoamericano en la historia de las Grandes Ligas en conectar 3.000 imparables, cifra que automáticamente lleva a cualquier jugador al Salón de la Fama.
El deportista murió el 31 de diciembre de 1972 mientras transportaba ayuda a los damnificados de un terremoto que azotó Nicaragua, dejando un legado importante no sólo deportivo, sino como figura pública, solidaria y comprometida.
El avión en el que Clemente y otras personas viajaban se estrelló en las aguas al norte de San Juan. La nave ni los tripulantes jamás fueron encontrados.
En 1971 las Grandes Ligas creó el "Premio del Comisionado", que se entregaría anualmente al jugador que sea seleccionado por su carácter admirable y sus contribuciones caritativas a la comunidad.
No obstante, tras la muerte de Clemente, el nombre del premio cambió al "Premio Roberto Clemente", que se entrega al pelotero que mejor representa al béisbol en términos de personalidad, trabajos en la comunidad, filantropía y contribuciones positivas tanto dentro como fuera de terreno.
Clemente entró al Salón de la Fama en 1973, un año después de su muerte. Sólo tres jugadores en la historia de las Grandes Ligas han sido seleccionados para estar en la inmortalidad del béisbol luego de un año de su retiro. Se supone que todo pelotero retirado, espere al menos cinco años para su posible entrada al recinto.
Además de Clemente, otros tres puertorriqueños han sido elegidos al Salón de la Fama: Orlando "Peruchín" Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez.
Alomar, Clemente y Willie Mays son los únicos tres jugadores en la historia que han alcanzado más de .300 de promedio de bateo, que además han logrado diez Guantes de Oro, que han sido seleccionado a diez Juegos de Estrellas y que al menos han ganado dos Series Mundiales.