Barry Bonds se incorporó el miércoles a la pretemporada de los Gigantes de San Francisco como instructor de bateo y asesor especial del director ejecutivo del equipo.
El otrora toletero de los Gigantes empezó a trabajar en Arizona con el coach del bateo de los Gigantes, Hensley Meulens, y con jugadores de las ligas menores que participan de los campos de entrenamiento. Después, el rey de jonrones de las Grandes Ligas se convertirá en una especie de embajador de los Gigantes, representando al equipo en actividades comunitarias y otros eventos.
"Me desempeñaré en cualquier función que ellos quieran", dijo el retirado astro de San Francisco. "Lo único que he querido siempre es ser un Gigante".
Bonds trabajó la temporada pasada como coach de bateo de los Marlins de Miami, un puesto del que fue despedido.
El exjugador de 52 años lució relajado y sonriente al hablar sobre su regreso a los Gigantes, el equipo con el que ganó cinco de sus siete trofeos al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, y con el que fijó la marca histórica de cuadrangulares.
Bonds dijo que le gustaría que su padre estuviese vivo para verlo de nuevo con el uniforme de los Gigantes. Bobby Bonds murió en 2003. Y señaló que también espera encontrarse con su famoso padrino, la leyenda de los Gigantes Willie Mays.
"Quiero ayudar a nuestra comunidad, a nuestro equipo, San Francisco, los Gigantes, a los jugadores más jóvenes, mantener vivas las tradiciones", dijo. "Lo mismo que ha hecho mi padrino, lo que hizo mi padre… es lo correcto. Soy de San Francisco, crecí aquí, y quiero ayudar para que los chicos de nuestra comunidad se conviertan en fanáticos de los Gigantes, y de los buenos".
Bonds conectó 762 jonrones en sus 22 años en las mayores, de los que jugó 15 con los Gigantes hasta su última temporada en 2007.