Lo que comenzó como algo divertido entre compañeros de equipo se ha convertido en un fenómeno que ha levantado el espíritu de la isla de Puerto Rico.
La novena boricua ha demostrado su unión en el Clásico Mundial de Béisbol al teñirse el cabello de rubio. Prácticamente nadie se ha salvado de su dosis de peróxido, desde los peloteros, técnicos y encargados de la propiedad del equipo hasta los ejecutivos y entrenadores.
En los casos que no exista cabellera, o que sea extremadamente reducida, las barbas y bigotes han servido para identificarse con el fenómeno conocido en redes sociales conocido como #TeamRubio, el hashtag utilizado para el nuevo "look" de las melenas doradas del equipo puertorriqueño en el Clásico.
"Se ha convertido en algo nacional", destacó el utility de los Los Angeles Dodgers, Kike Hernández. "Aunque no lo creas, hay mucha gente en la Isla pintándose el pelo. La hermana de una de las mejores amigas de mi mamá fue a la farmacia porque quería pintarse el pelo, pero no quedaba ni tinte ni peróxido. Eso te dice lo mucho que todo el mundo está creyendo en esto".
"Para nosotros, todo comenzó como una broma para demostrar cuán comprometidos estábamos el uno con el otro", continuó Hernández. "Que ahora toda la isla lo esté haciendo significa mucho para nosotros".
Los estelares jugadores de cuadro Javier Báez y Francisco Lindor ya tenían destellos rubios en sus cabelleras antes de arrancar el Clásico Mundial de Béisbol. Después que el capitán Yadier Molina se reunió con sus compañeros en Arizona para los primeros días de entrenamiento del equipo, el receptor alentó a todos a teñirse el cabello, posicionándose a sí mismo como ejemplo inicial.
Después de eso, sistemáticamente, casi todos lo hicieron.
"Es impresionante. Muestra la unidad que tenemos como equipo", destacó el utility Mike Avilés. "No fue algo que hicimos sólo por hacerlo, fue más como, 'vamos a hacer algo juntos para demostrar nuestra hermandad'. Es algo que muestra nuestra unidad, nuestra hermandad y es ejemplo de quiénes somos".
Agregó Avilés: "Ha llegado al punto en que la gente en Puerto Rico, en las ligas infantiles y cosas así por el estilo, se están tiñendo el cabello como una forma de decirnos: 'Estamos con ustedes. No podemos estar allá, pero estamos con ustedes'. Muestra cómo una isla pequeña puede unirse y lograr algo grande".
Mientras algunos jugadores se han teñido todo el pelo, incluidos bigote y barba, otros se han coloreado sólo ciertas áreas. El cabello rubio es muy llamativo en algunos peloteros, como por ejemplo, en el jardinero Reymond Fuentes, quien ha dicho que probablemente conservará su nuevo estilo.
En el caso del jardinero agente libre Angel Pagan, algunos de sus compañeros lo han comenzado a llamar "Calvin Klein", por decir que se ve tan apuesto como un modelo de la marca de ropa estadounidense con su melena dorada.
Pero en el caso de otros jugadores, como el veterano toletero Carlos Beltrán, quien lleva una barba platinada al no tener cabellera, el cambio ha hecho que luzca mucho mayor que sus 39 años de edad, mereciéndole el apodo de Santa Claus.
"Mientras Santa Claus siga bateando, no me molesta eso", sentenció el jardinero y bateador designado de los Astros de Houston, actualmente en su cuarto Clásico.
"Es algo que hicimos como equipo", agregó Hernández, quien al igual que el receptor Roberto Pérez era rubio natural, pero ahora luce una melena mucho más platinada. "¿A quién le importa si nos vemos bien o no? Sólo estamos tratando de ganar algunos juegos de pelota".
Hasta el momento, la trayectoria ha sido óptima.
#TeamRubio ha ganado los seis partidos que ha disputado a estas alturas del Clásico, avanzando a la ronda de campeonato en Los Ángeles como el líder invicto del Grupo F, donde enfrentarán al equipo de Holanda el lunes, 20 de marzo.
Uno de los pocos que aún no se ha teñido el cabello es el dirigente Edwin Rodríguez, quien prometió que lo haría antes de que Puerto Rico iniciara la ronda de campeonato en Dodger Stadium.
"Tengo que hacerlo", dijo Rodríguez. "Hay mucha presión de los jugadores, tengo que hacerlo".
Claro, el dilema de Rodríguez es que es calvo. Aunque en su caso quizás exista una alternativa, como lo hizo el coach de bateo Carlos Delgado.
"No tengo pelo, así que me tuve que pintar la chiva", explicó el afamado extoletero, miembro del Salón de la Fama de los Azulejos de Toronto. "Los muchachos han hecho una excelente labor tratando de mantenerse unidos. Es un equipo en que no hay egoísmo… y esto ayuda".
Destacó Delgado: "El deporte de por sí, especialmente en Puerto Rico, ayuda a unir al pueblo. Si ayuda a unir al pueblo de nosotros, que en este momento está pasando por unos momentos difíciles, [porque] la situación política y económica puede ser un poquito complicada, si el deporte trae un poco de alivio y buena vibra, ¡me pinto de rubio todos los días!".
"Todo Puerto Rico está impactado con esto, con lo de ser rubios", agregó el primera base de los Mellizos de Minnesota, Kennys Vargas, en quien resalta su cabellera platinada en contraste con su tez oscura.
"La realidad es que si podemos unir a un país, a través de lo que sea, obviamente a través del béisbol lo estamos haciendo, [pero] si es a través del pelo lo vamos a hacer", dijo por su parte el torpedero de los Astros, Carlos Correa. "Puerto Rico está unido, los crímenes han bajado, todo el mundo está activo, y lo que sea lo vamos a hacer por Puerto Rico".
"[Hemos tenido éxito por] la manera que hemos engranado la veteranía con la juventud", destacó Beltrán. "Los días que estuvimos en Arizona nos ayudaron mucho a conocernos, creo que eso nos ha unido. Esto de pintarnos el pelo también nos ha unido y estamos esperando en Dios que esto pueda continuar hasta el final".
El hecho de que se les llame ahora #TeamRubio no fue lo primero que sirvió para unir al equipo puertorriqueño.
El inicio de esta fusión tomó lugar cuando Molina recopiló los números telefónicos de los integrantes del equipo de Puerto Rico (de cara al Clásico) durante la temporada muerta y comenzó un grupo de chat a través de la aplicación WhatsApp.
"Todos empezamos a charlar y a enviarnos chistes y a burlarnos unos de los otros. Porque así hacemos en Puerto Rico", explicó Hernández. "No todos nos conocíamos, pero cuando llegamos a Phoenix (para el entrenamiento), sentimos como que nos conocíamos de toda la vida".
Concluyó Hernández: "No jugamos buen béisbol porque somos un buen equipo, jugamos bien porque todos nos llevamos bien y tenemos una química real. La química que tenemos es bien difícil de explicar; bien difícil de igualar. Esa química que tenemos en el clubhouse se está traduciendo en el terreno"