El torpedero de los Marlins de Miami Adeiny Hechavarría le dijo a un jurado federal que les mintió a investigadores sobre si conocía a una figura clave en una presunta red de contrabando de peloteros cubanos vinculada con un agente y un entrenador en Florida.
Hechavarría declaró el viernes en el juicio contra el agente Bartolo Hernández y el entrenador Julio Estrada, que están acusados de conspiración y contrabando de extranjeros. Hechavarría admitió haberles mentido a investigadores federales sobre si conocía a un hombre que ayudó a organizar los viajes de contrabando y obtener documentos para los jugadores.
El cubano les dijo a los jurados que lo hizo porque no quería ser un soplón. Más tarde llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia para evitar cargos si declaraba honestamente.
"Estaba algo nervioso y no quería decir la verdad. Y no quería ser un soplón", testificó Hechavarría.
El individuo al que Hechavarría se le preguntó, Eliezer "Chicharo" Lazo, se declaró culpable de cargos de extorsión en 2014 en otro caso en Miami que involucró a Leonys Martín, el jardinero de los Marineros de Seattle que también escapó de Cuba con intervención de contrabandistas. Hechavarría testificó el viernes que Lazo fue quien le presentó a Hernández, y que era una pieza clave en la red de contrabando asentada en Cancún, México.
Después de la entrevista con los investigadores, Hechavarría mencionó que Hernández le preguntó por qué no reconoció que conocía a Lazo y que Hernández le dijo que debía decirle la verdad al FBI. Con los jurados fuera de la sala, el abogado de Hernández dijo que los fiscales federales habían tratado de minimizar la importancia de esas declaraciones.
"El gobierno está guiando a estos testigos de que cuentan solo una parte de la historia", dijo Rashbaum.
Hechavarría volverá al estrado el martes para continuar con su testimonio. Recibió la promesa del Departamento de Justicia en una carta que no afrontaría cargos en el caso si testificaba de forma veraz en el juicio.
Los Marlins adquirieron a Hechavarría en 2012 tras un canje con los Azulejos de Toronto, el equipo con el que firmó un contrato de 10 millones de dólares tras dejar Cuba en el 2010. Testificó que el 30 por ciento del dinero de ese contrato quedó en manos de la academia Baseball Stars, con sede en México. La fiscalía sostiene que esa academia sirvió de fachada para la operación de contrabando de peloteros. Hernández se quedó con un 5 por ciento como su agente.
Los peloteros cubanos tienen que establecer en otros países como México para poder firmar como agentes libres con clubes de Grandes Ligas, en vez de pasar por el menos lucrativo draft. Deben demostrar que ya no residen en Cuba, donde no podían negociar debido al embargo económico impuesto por Estados Unidos.
La fiscalía afirma que la red mentía y recurría al fraude para obtener los documentos necesarios, como inventar oficios para los jugadores con papeles de residencia en México. En el caso de Hechavarría, por ejemplo, se le identificó como un "supervisor regional" de una compañía mexicana.
"Además del béisbol, ¿tiene otro empleo?", dijo el fiscal asistente Ron Davidson.
"No que yo sepa", replicó Hechavarría.
Hechavarría también testificó que, tras llegar a Estados Unidos, tuvo que pagar entre 10.000 y 12.000 dólares a una jujer que integraba una presunta red de contrabando para poder sacar a su madre de Cuba.
"¿Cómo te sentiste cuando te encontraste con tu madre otra vez?", dijo Davidson.
"Ya se lo imaginará. Muy feliz. Había pasado tanto tiempo desde la última vez", indicó Hechavarría.