Cada equipo de Grandes Ligas que busca tener una campaña exitosa necesita que sus estrellas jueguen a su mejor nivel. Para los Marineros, esa estrella es el dominicano Robinson Canó.
Por eso, pese a la gran cantidad de movimientos realizados por el gerente general Jerry Dipoto en esta temporada muerta, el factor que pocos destacan para que Seattle acabe con su sequía de 16 años sin jugar en la postemporada es la necesidad de que el segunda base vuelva a guiar al equipo con una temporada similar a su gran repunte del año pasado.
Dipoto señala que Canó tuvo "para muchos la mejor campaña de su carrera" para ayudar a los Marineros a mejorar por 10 juegos y terminar de segundos en la División Oeste de la Liga Americana con una foja de 86-76. Incluso, a sus 34 años de edad y con siete años y US$168 millones restando en su contrato, muchos se pueden atrever a insinuar que éstas son las temporadas en las que Seattle debe aprovechar la calidad de su mejor jugador en pleno apogeo.
A estas alturas hace un año, Canó era una interrogante. Había visto el final de una racha de cinco temporadas seguidas participando en el Juego de Estrellas después de una difícil primera mitad, la peor de su carrera. Y aunque el intermedista cerró la temporada del 2015 bateando .287 con porcentaje de embasarse de .334, .446 de slugging, 21 jonrones y 79 impulsadas, aquellas estadísticas fueron decepcionantes para uno de los peloteros élite de Grandes Ligas.
Entonces, ¿qué paso en el 2016? Canó se sometió en octubre del 2015 a una operación para aliviar una doble hernia, se dedicó a un programa de entrenamientos para recuperar la fuerza y luego — motivado por aquellos que se preguntaban si su carrera estaba en descenso y su propio deseo por triunfar — salió con todo desde los Entrenamientos de Primavera.
Un impresionante desempeño en la Liga del Cactus continuó en la temporada regular en la que Canó fijó marcas personales con 39 jonrones y 107 anotadas, además de batear .298/.350/.533 con 103 remolcadas.
Ese fue el Canó que todos esperaban cuando el equipo le otorgó un contrato de 10 años y US$240 millones en el 2014. Fue convocado a su séptimo Juego de Estrellas y se volvió a establecer como uno de los mejores jugadores en la Gran Carpa.
Los otros con al menos 100 anotadas y 100 empujadas en el 2016 fueron Mike Trout, Nolan Arenado, Kris Bryant y Mookie Betts. Canó tiene ahora la mayor cantidad de jonrones en la historia de los intermedistas de la Liga Americana y es el quinto de su posición en llegar a 2,000 hits, 450 dobletes, 200 cuadrangulares y 1,000 impulsadas.
Canó también sobresale por su defensa con un brazo fuerte y preciso, un aspecto de su juego que pocos señalan debido a su estilo que hace ver las cosas fáciles.
Por eso, si los Marineros quieren continuar su ascenso y por fin volver a la postemporada, es casi seguro que Canó necesitará guiar al equipo con otra campaña en salud y productiva en la parte gruesa de la alineación.
Fuente: Las Mayores