La selección estadounidense cumplió este domingo con su papel de favorita a levantar la Copa del Mundo de baloncesto tras ganar a una combativa República Checa por 88-67 en un partido descafeinado en el que no hubo actuaciones brillantes.
Los norteamericanos alejaron parcialmente la sombra de un equipo con pocas estrellas y dejaron de lado el tropiezo de hace una semana con Australia, ante la que perdieron por vez primera en 13 años.
Y los checos, que ocupan la posición 24 en el ranking de la FIBA, supieron plantarles cara en su primer partido en la Copa de Mundo (aunque Checoslovaquia participó en cuatro ediciones de 1970 a 1982).
El técnico Gregg Popovich, heredero del legendario Mike Krzyzewski y uno de los entrenadores más prestigiosos de la NBA (cinco anillos con los San Antonio Spurs), apostó por un quinteto inicial formado por Harrison Barnes, Donovan Mitchell, Jayson Tatum, Myles Turner y Kemba Walker.
Tras un triple de Tatum y otros dos puntos del nuevo base de los Boston Celtics (Walker) y sin llevar ni tres minutos en pista, Walker dejó paso a Jaylen Brown y Barnes a Marcus Smart.
Pese al fuerte comienzo de los norteamericanos, que tienen la presión de revalidar el título de campeones que ostentan desde 2010 en Turquía (más 2014 en España), los checos contraatacaron y lograron primero igualar el marcador a siete, con un 2+1 del base de los Chicago Bulls Tomas Satoranksy.
Y, después, adelantarlos hasta tener una ventaja de tres puntos, gracias en parte al poco acierto de los estadounidenses.
De nuevo en la pista, el alero de los Sacramento Kings, Barnes, despertó marcando cuatro puntos consecutivos al equipo dirigido por Ronen Ginzburg que devolvieron la ventaja al equipo de Popovich.
El primer parcial cerró con una ventaja de Estados Unidos de 17-14 y en el segundo los estadounidenses empezaron empujando y ampliando su renta, gracias a buenas actuaciones como la de Walker (4 puntos en el parcial) o Jayson Tatum, que logró tres rebotes y siete puntos en este parcial.
La buena actuación de Satoransky (5 puntos en el parcial) y también del alero Vojtech Hruban (4 puntos) no impidieron que los estadounidenses aumentaran su ventaja hasta cerrar el cuarto en 43-29.
Tras el descanso, la República Checa no tiró la toalla y arrancó marcando sus primeros puntos Jaromir Bohacik, seguido de Walker.
Siguieron minutos de tedio y falta de acierto en canasta en ambos equipos y, aunque la República Checa pareció recuperar el brío con varios puntos para el recuerdo como el triple de Bohacik, que le hicieron reducir su desventaja, Estados Unidos consiguió defender su estatus y acumuló puntos con triples de Joe Harris y Harrison Barnes, hasta cerrar el tercer cuarto con 66-48.
Arrancó el último cuarto con varios puntos de los checos pero un triple de Walker, quien acabó el partido con 13 puntos, y otro triple de Donovan Mitchell, que consiguió ser el máximo anotador del partido con 16 puntos y también el jugador que más minutos permaneció en pista (25), certificaron la amplia victoria de los estadounidenses.
Bohacik marcó otro triple en los últimos minutos del partido que lo confirmaron como una de las figuras más destacables de su equipo (13 puntos y 9 rebotes), junto con Satoransky (17 puntos), que estuvo en pista cerca de 30 minutos.
Con poco tiempo ni fuerzas para las sorpresas, Estados Unidos acabó el partido venciendo por 88-67 y ya espera a su próximo rival, Turquía, que este sábado se impuso a Japón.
