Ni hostilidad, ni abucheos. LeBron James fue recibido en Cleveland como campeón, y después jugó como tal.
En su primer partido en esta ciudad desde que se marchó por segunda vez como agente libre, James fue ovacionado el miércoles, antes de conducir a los Lakers de Los Ángeles hacia un triunfo por 109-105 sobre los Cavaliers.
Los locales, que comenzaron el duelo con una foja de 2-13, la peor de la liga, jugaron inspirados ante su excompañero, pero no pudieron frenarlo en el clímax del duelo.
Ocho años después de que Cleveland lo trató como si fuera un delincuente, James finalizó con 32 puntos, 14 rebotes y siete asistencias. Anotó o asistió en 11 puntos seguidos, para que los Lakers remontaran una desventaja de 99-91 en el cuarto periodo.
“Desde ayer, cuando aterricé, todo se ha sentido diferente”, comentó James. “Soy una persona distinta. Todos somos diferentes a lo que éramos hace ocho años. Hay cosas buenas y malas. Pero lo más importante es que esta experiencia ha sido grandiosa”.
Cleveland tuvo la oportunidad de empatar en las postrimerías, pero Kyle Korver falló un triple con 17 segundos restantes, cuando estaba completamente desmarcado. Kentavious Caldwell-Pope convirtió cuatro tiros libres en los últimos 15 segundos para que Los Ángeles asegurara el triunfo.
Desde el momento en que apareció en la cancha de la Quicken Loans Arena, James encontró muestras de aprecio. En la víspera del Día de Acción de Gracias, los fanáticos agradecieron al hijo predilecto del noreste de Ohio, quien ayudó a que la ciudad conjurara una sequía de 52 años sin ningún campeonato deportivo de relevancia.
En el receso previo a esta temporada, James firmó con los Lakers.
Durante la presentación de los jugadores, los fanáticos se pusieron de pie para ovacionar al tres veces campeón de la NBA.
James, quien pasó 11 temporadas en dos etapas con los Cavaliers y los guio al título en 2016, fue homenajeado con un video durante un tiempo fuera en el primer cuarto. Imágenes de los días de James con Cleveland fueron mostradas junto con segmentos de su impacto en la comunidad del noreste de Ohio.
Mientras la multitud se ponía de pie y vitoreaba, se leía “Gracias LeBron” en la gigantesca pizarra. James señaló a todas las esquinas del Quicken Loans Arena en agradecimiento.
La cálida escena no se pareció en nada a la que James soportó a su regreso con Miami en 2010, cuando los aficionados de Cleveland se mostraron furiosos con él por dejar al equipo.
“Lo importante es el crecimiento, y todos hemos crecido desde aquel momento ocurrido hace ocho años”, recalcó James. “Así que en cierto modo hay que dejar lo pasado en el pasado, enfocarnos en el presente y ver lo que pasa en el futuro”.
