La carrera gloriosa de Manu Ginóbili llegó a su fin, una que el argentino describió atinadamente como un “viaje fabuloso”.
Ginóbili anunció su retiro del básquetbol el lunes tras una carrera en que conquistó una medalla olímpica de oro con su natal Argentina y cuatro campeonatos de la NBA con los Spurs de Antonio en 16 temporadas con el club.
El escolta de 41 años cumplió una trayectoria profesional de 23 temporadas en total, con sus ciclos en Argentina e Italia, antes fichar con San Antonio en 2002. Fue uno de los “Tres Grandes” de los Spurs, junto a Tim Duncan y Tony Parker.
“Con una gran mezcla de emociones les cuento que decidí retirarme del básquet”, escribió Ginóbili en Twitter.
“ENORME GRATITUD para mi familia, amigos, compañeros, DTs (entrenadores), staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso que superó cualquier tipo de sueño. GRACIAS!”, añadió.
Ginóbili acompañó su mensaje con una foto suya en la que se retira de la cancha, de espaldas a la cámara, enseñando cuatro dedos. Sus cuatro títulos de la NBA.
Su adiós marca el final definitivo de una era para los Spurs. Duncan se retiró al término de la campaña de 2016 y Parker firmó el mes pasado con los Hornets de Charlotte.
Ginóbili promedió 13,3 puntos y 3,8 asistencias en 1.057 partidos de la temporada regular. Fue seleccionado dos veces para el Juego de Estrellas y fue consagrado como el mejor suplente de la liga en 2008.
También fue el máximo referente de la “Generación Dorada” del básquet argentino, teniendo a Luis Scola, Andrés Nocioni y Carlos Delfino como sus principales socios.
Gracias a una notable habilidad técnica, acierto para disparos desde el perímetro y arrojo para recuperar balones, Ginóbili irrumpió en la escena internacional en el Mundial de Indianápolis en 2002. Durante la segunda fase del torneo, Argentina se convirtió en el primer equipo en vencer a una selección de Estados Unidos integrada solamente por jugadores de la NBA y acabó llevándose la medalla de plata al caer ante Yugoslavia, _en una final que Ginóbili no pudo jugar por una lesión del tobillo.
Pero el momento cumbre llegaría en 2004, con una gesta inolvidable en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Al compás de 29 puntos de la zurda del oriundo de Bahía Blanca, los argentinos tumbaron en semifinales 89-81 a Estados Unidos, un conjunto que contaba con astros consagrados como Duncan y Allen Iverson y otros que empezaba a asomar como LeBron James, Dwyane Wade y Carmelo Anthony.
Una vez en la final, Ginóbili y compañía vencieron a Italia para adjudicarse el oro. También alcanzaron el bronce en los Juegos de Beijing 2008 y luego un cuarto lugar en Londres 2012.
Su palmarés lo coloca fácilmente en el panteón del deporte argentino junto a Diego Maradona, Guillermo Vilas, Carlos Monzón y Juan Manuel Fangio.
Hasta lo último, los Spurs habían cifrado ilusión de que Ginóbili volvería para una 17ma temporada. Pero las señales de que el escolta contemplaba el retiro eran evidentes.
"Manu anda persiguiendo osos en el Noroeste”, bromeó semanas atrás el entrenador de los Spurs, Gregg Popovich, en referencia a las fotos que Ginóbili había difundido en las redes sociales de sus vacaciones en las montañas de Canadá. “Podríamos anular su contrato por andar en eso”.
Popovich mencionó que le había enviado a Ginóbili una foto de cuando era joven _y con cabello frondoso_ en la que completaba una volcada, a manera de decirle que aún era capaz de seguir jugando.
En su función de suplente, Ginóbili promedió 8,9 puntos y 2,5 asistencias en 65 partidos la pasada temporada, una que Popovich describió como de “alegría melancólica”.
La dupla Ginóbili-Popovich acumuló 135 victorias en los playoffs, la tercera mayor cantidad de un binomio jugador-entrenador en la historia de la NBA. Solo le superan Popovich-Duncan con 157 y Popovich-Parker con 137.
Otro dato. Solo hay dos jugadores con más 800 rebotes, 800 asistencias y 300 triples en los playoffs. Ginóbili y James.
Al intuir que el retiro era inminente, el entrenador se sinceró al expresar su estima por Ginóbili.
“Trato de tocarle antes de cada partido, recordar su importancia para nosotros todos estos años y cuán significativo ha sido para nuestro éxito”, dijo Popovich. “Creo que ahora disfruto tenerlo más que nunca porque siento que estoy a punto de perderle”.