Kevin Durant no necesita que se le reclame que Golden State debe celebrar con moderación tras ganar la final de la Conferencia del Oeste.
Durant entiende el duro desafío por delante. Por eso fue firmó con los Warriors y el por qué Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green le recibieron con brazos abiertos sacrificando sus propias estadísticas.
"Tenemos un objetivo más importante”, dijo Durant.
Golden State tendrá la oportunidad de conquistar su segundo campeonato en tres años tras barrer a los Spurs de San Antonio. Los Warriors se convirtieron en el primer equipo en la historia de la NBA que abre la postemporada con marca de 12-0, lo que les permitirá disfrutar de una semana de descanso previo a su tercera serie final consecutiva.
Serán locales del primer partido de la final el 1 de junio ya sea contra Cleveland o Boston. Los Cavaliers lideran 2-1 la final del Este, pero Curry dio por hecho que los Warriors aguardan una revancha ante LeBron James y compañía.
“Todos sabemos, obviamente, contra quién nos vamos a enfrentar”, dijo Curry. “Estaremos pendiente de la final del Este para ver cómo acaba. Pero será fácil iniciar este nuevo capítulo y concentrarnos en lo siguiente”.
Medirse con Cleveland hará recordar el derrumbe de Golden State en la final del año pasado, en la que los Cavaliers le dieron la vuelta a una desventaja 3-1 para conquistar el primer campeonato de la franquicia.
“Este año es totalmente distinto, un grupo distinto, un recorrido distinto”, señaló Curry.
La mayor diferencia ha sido la llegada de Durant, quien se fue de Oklahoma City en el verano para fichar con Golden State.
Su presencia convirtió a los Warriors en un equipo mucho más potente y talentoso, liderado por cuatro luminarias como Durant, Curry, Klay Thompson y Draymond Green.
Pero el entrenador de los Spurs Gregg Popovich advirtió que atribuir el éxito de Golden State exclusivamente a esas individualidades es una falta de respeto.
"Realmente es un equipo talentoso, pero eso no es todo”, dijo Popovich. “Este es quizás el mejor equipo defensivo en la liga. No depende solo del talento. Saben defender. Y en la ofensiva, no hay otro equipo que sea más generoso para encontrar alguien abierto por un tiro”.
Los Warriors ratificaron su poderío con su paso arrollador en los playoffs, haciéndolo en una exigente conferencia.
Golden State exhibe una efectividad de 50 por ciento en tiros de campo, promediando 118,3 puntos en 12 partidos de postemporada. Más allá de su portentosa ofensiva, la defensa de los Warriors ha sido fundamental para su dominio en los playoffs. Golden State mantuvo a San Antonio, Utah y Portland a 102 puntos y promedió 9,2 robos por partido.
"Nuestra intensidad defensiva ha sido asombrosa”, comentó Green. “En líneas generales, hemos hecho un trabajo óptimo en la faceta defensiva, buscando anular a la figura principal del rival”.
Con las adiciones de David West y Matt Barnes, los Warriors cuentan con un par de sabuesos en defensa que salen de la banca, junto a Andre Iguodala y JaVale McGee.
Pero el entrenador de Golden State Mike Brown advirtió que el equipo aún puede afinar su andamiaje.
“Sentimos que podemos jugar mejor”, dijo Brown, al mando por el lesionado Steve Kerr. “Para alcanzar nuestro objetivo final de ganarlo todo, tenemos que mejorar en ambos extremos de la cancha”.