1. Amate a ti mismo. Cuida de ti con amor, con el mismo amor que cuidas aquello que te importa. Esto quiere decir que te ames tanto como para ser tú mismo el receptor principal de tu amor. Lo puedes lograr cuidando lo que comes, dices, recibes de los demás, si das y recibes amor, respeto, buena alimentación en cuerpo, mente y espíritu.
2. Observa tus pensamientos. Lo que piensas y dices es lo que alcanzas, si piensas que las cosas irán mal, tus palabras y acciones harán todo lo posible porque ocurra ese mal que temes. Si piensas que toda irá bien, tus palabras y acciones, provocarán ese bienestar esperado por ti.
3. Solución de problemas. Los problemas son necesarios, son retos y circunstancias que nos obligan a pensar en soluciones, si no las encuentras es que debes ser más creativo en tus ideas, cambiar las propuestas y encontrar soluciones nuevas. Muchas veces aquello que no tiene solución no es otra cosa más que un reto nuevo y diferente, si te abres a las nuevas posibilidades te sorprenderás.
4. Metas y objetivos. De eso se trata, de ir hacia algún lugar, de tener proyectos, con metas claras, objetivos deseables e interesantes que le pongan sal y pimienta a lo que haces. Cuando tienes claro a dónde vas, el camino se convierte en un viaje fascinante, emocionante, que vale la pena porque se convierte en una gran aventura.
5. Planifica. Cuando las cosas no salen bien, generalmente es porque no te diste el tiempo de sentarte a planificar. Pensar de antemano lo que voy a hacer me hace más fácil el camino porque me programo para enfrentar los retos que vendrán; ya sé que esperar y de esta manera tendré menos sorpresas inesperadas en el camino.
