“Yo vi cómo cocinaban a tu hermano”, empieza a contar Ricardo «N», alias «El Ricky», líder de los Zetas en Tamaulipas, después de ser capturado confesó que en El Papalote Los Zetas habían matado y cocinado a más de 50 personas, de acuerdo con una investigación de Noticias Telemundo.
Daniel Mendiola (39) fue secuestrado por un comando armado de Los Zetas en noviembre de 2012 en Ciudad Mante, Tamaulipas.
Los Zetas pedían 125,000 dólares por su liberación, pero la familia solo logró reunir 25,000 dólares, los que entregó.
Su familia no supo más de él hasta que «El Ricky» confesó que a Daniel Mendiola lo habían cocinado en El Papalote.
-Yo vi cómo cocinaban a tu hermano
-¿Cómo sabes?
-Pues porque yo estaba ahí
-Entonces, ¡tú lo hiciste!
-No, no, no, yo solo cobraba secuestros
-¿Tú diste la orden?
-No, yo no hacía eso, yo no dejaba rastro.
Líder de Los Zetas confiesa
En 2014, «El Ricky», sentenciado a 23 años por delincuencia organizada, aceptó hablar con algunos familiares de desaparecidos, entre ellos, la hermana de Daniel Mendiola, Guadalupe Mendiola.
“Cocinarlos significa reducirlos a cenizas para que nadie los encuentre, para que nadie pueda enterrarlos, para que nadie pueda llorarles, para que se olviden de ellos, para destruirlos por completo”, dice Guadalupe Mendiola cuando explica qué es una cocina del narco.
Mendiola dice que los queman en un tambo de 200 litros, los cuales agujerean en los lados y por abajo, después echan el cuerpo ya destazado, les echan diesel y lo prenden.
Continua con el escalofriante relato diciendo que “no dejar rastro era, justamente, cocinarlos y algunos lo reconocen sin remordimiento. Tanto, que hasta tenían un cocinero, es decir, era la persona que los cortaba y los metía al ácido o los quemaba”, asegura Mendiola.
Mendiola cree que los desmembraban y los pedazos se los tiraban a los marranos o a los cocodrilos en un río muy cercano al lugar.
José Reveles, especialista en cárteles criminales mexicanos, cree que reducir a cenizas o a fragmentos minúsculos a una persona, constituye una doble desaparición: “Primero los secuestran y dejan de saber de ellos sus familiares. Esa es la primera desaparición. Después, a los desaparecidos, los desaparecen por completo para no dejar nada de ellos en esos centros de exterminio”.
La práctica de cocinarlos se utilizó principalmente por Los Zetas durante la década pasada en estados como Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila; y aún hoy varios grupos de la delincuencia continúan ejerciéndola.
Por laprensa.hn