La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad; reiteró el miércoles la denuncia de persecución política en su contra por parte del presidente Daniel Noboa.
Al comparecer, ante una comisión del Congreso ecuatoriano que investiga irregularidades en la administración pública durante el actual gobierno; Abad aseguró temer por su vida y afirmó ser víctima de abuso de poder y hostigamiento para forzarla a dimitir.
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Asimismo la vicepresidenta ecuatoriana advirtió que el gobierno ha abusado de la “estructura pública para el ataque de una persona, basado en el engaño, la calumnia, las actitudes perversas, las difamaciones… para tapar la incapacidad de un gobierno”.
A pesar de las amenazas contra su persona, Verónica Abad sentenció que no cederá al atropello y que respetará el equilibrio y orden constitucional.
Tensión en Ecuador
«Me han querido tener desterrada, secuestrada y censurada»; añadió la también embajadora de Ecuador en Israel en referencia a la instrucción de la Cancillería de no declarar sin su consentimiento previo.
Verónica Abad, negó haber recibido dinero de la campaña en las elecciones anticipadas de 2023 para su beneficio personal.
«No es mi gobierno, no participo en las decisiones, no puedo responder por el señor Noboa»; afirmó la vicepresidenta desde Israel.
Abad respondió a las declaraciones de Arturo Félix Wong, secretario de la Administración Pública; quien a mediados de junio aseguró que ella recibió dinero destinado a la campaña, pero que lo usó para su beneficio personal y eso provocó que Noboa se alejara.
En la Comisión Especializada para la Investigación de Irregularidades en contra de la Administración Pública recibimos a la vicepresidenta del #Ecuador 🇪🇨, @veroniabad.
En los medios de comunicación, voceros del #Gobierno, acusaron a la Vicepresidenta de usar los… pic.twitter.com/4Cmey6q3Bw
— Jaime Moreno Félix (@JaimeMorenoEC) August 7, 2024
Las diferencias entre el presidente Daniel Noboa y Verónica Abad comenzaron en la campaña de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2023, y la ruptura se plasmó tras la investidura, cuando el gobernante la envió como embajadora a Israel, una misión que habría abierto la puerta de su destitución en caso de negarse.
Desde entonces, Abad señaló que la violencia política hacia su persona ha sido una constante por parte del gobierno ecuatoriano a la vista de políticos, fiscales, periodistas y autoridades del país.