Insólito caso, el que atraviesa una familia en Argentina, víctimas de robo, llevan más de un mes presos porque se defendieron de un par de delincuentes que entraron a robar a su casa, pues los asaltantes alegaron haber sido maltratados por sus víctimas.
Este caso, además de generar una gran indignación, también ha dividido opiniones por la forma de actuar de todos los involucrados.
De acuerdo con los reportes policiacos, el atraco ocurrió la madrugada del pasado miércoles cuando Nicolás “Laucha” Tofanelli y Alexis Obregón se metieron a robar a una casa en la provincia de Santa Fe, Argentina; sin embargo, cuando se disponían a salir con un televisor, Walter G. y sus dos hijos, Brian y Ernesto, los dueños de la casa, los aprendieron y los golpearon con suma violencia, después los entregaron a las autoridades.
Tras estos hechos, los ladrones alegaron haber sido maltratados por sus víctimas y las autoridades aprehendieron a las víctimas del robo; a los cuales acusaron de privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de la violencia en calidad de coautores, mientras que los hampones quedaron en libertad.
Insólito caso de robo en Argentina
Las autoridades determinaron que Walter G. y sus dos hijos, Brian y Ernesto, quedaran en prisión preventiva por 30 días. Sin embargo, una vez que se cumplió el plazo se determinó extender la medida cautelar por 15 días; pues aún se siguen realizando diversas investigaciones para esclarecer el insólito caso.
En un inicio, el caso generó una gran indignación entre la sociedad argentina, pues se creía que había quedado exhibido un falló en el sistema judicial de aquel país, por lo que catalogaron la resolución de las autoridades como una auténtica injusticia.
Los Torturaron y retuvieron de forma ilegal
Sin embargo, durante el desarrollo de las investigaciones ha surgido nueva información que ha generado división de opiniones, pues en la reconstrucción de los hechos, se informó que Walter G. y sus dos hijos, Brian y Ernesto, inicialmente capturaron solo a uno de los dos ladrones a quien torturaron y retuvieron de forma ilegal para obligarlo a confesar dónde estaba su cómplice y el televisor robado.
Una vez que consiguieron la confesión, localizaron al segundo ladrón y también lo golpearon y lo llevaron hasta su casa para entregarlos a la policía, quienes todavía sorprendieron a las víctimas golpeando a los delincuentes. Ya bajo el resguardo de las autoridades, los delincuentes relataron los hechos y los exámenes médicos confirmaron que presentaban huellas de tortura, por lo que se detuvo a la familia.
El caso ha dividido opiniones, pues muchos consideran que Walter G. y sus dos hijos hicieron lo correcto pues solo defendieron su patrimonio. Mientras que otros más señalan que rebasaron la línea de la legítima defensa.
Cabe mencionar que también se ha cuestionado la decisión de dejar en libertad a los dos ladrones, quienes ya tenían un amplio historial delictivo; no obstante, será el próximo 8 de abril cuando las autoridades argentinas emitan la resolución definitiva del caso.