La Policía Militar del Orden Público (PMOP), agentes de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP) y autoridades del Ministerio Público (MP) procedieron este viernes a la incineración de 409 paquetes de marihuana decomisada el pasado 7 de abril a dos ex empleados del Hospital Escuela de Tegucigalpa, capital de Honduras.
Dos hombres fueron detenidos a través de una operación de vigilancia y seguimiento realizada en la colonia Cerro Grande, en la capital del país.
Se trata de Junior Joaquín Rivera Sánchez (37), quien trabajaba como guardia de seguridad; el otro solo es Héctor Leonel Dubón Sam(54), motorista de una ambulancia.
El reporte de las autoridades indica que se logró ubicar en uno de los puntos de control que mantienen los cuerpos de seguridad, a dos empleados del Hospital Escuela Universitario. Estos a bordo de una ambulancia de este centro asistencial trasladaban 300 paquetes que contienen hierba seca supuesta marihuana.
Según se supo, la presunta droga fue transportada desde un sector del departamento de Olancho; ambos aparentemente son miembros activos de la Pandilla 18 y aprovecharon su infiltración en el sistema sanitario público para cometer varios ilícitos.
Agentes que participaron en la operación detallaron que se les siguen líneas de investigación por delitos como robo de vehículos, tráfico de drogas; así mismo traslado de armamento y municiones.
409 paquetes de marihuana decomisada en una ambulancia
Además de ser enlace directo para permitir que al interior del centro hospitalario se dieran asaltos, atentados en contra de algunos pacientes y en otros casos buscar la forma de lograr fugas de privados de libertad que llegaban hasta este lugar en busca de atención médica.
«Se les venía dando seguimiento por información de Inteligencia de que ellos eran miembros de la Pandilla 18 ; además utilizaban la ambulancia para transporte de armas, drogas y cometer otros actos delictivos«, relató Mario
Indicó que los dos «aprovechaban la ambulancia para romper el toque de queda» impuesto para combatir la propagación de la COVID-19.
Además, usaban la sirena para evadir los retenes policiales. La droga la detectaron los perros, estaba escondida «debajo de la camilla de la ambulancia», explicó el portavoz.