De las 700 mil armas ilegales que ingresan desde Estados Unidos a las redes criminales anualmente; el 10 por ciento llegan a las pandillas panameñas, aseguró hoy el diario nacional La Estrella de Panamá.
El medio citó a “fuentes vinculadas al Ministerio de Seguridad” que suministraron la información y amplió que el tráfico de drogas hacia la nación norteña tiene acciones de control, pero no sucede igual con las armas y dinero ilegal que viaja en sentido inverso.
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La Policía del Istmo reveló la existencia de 240 pandillas y que las principales sirven al mejor postor de las redes extranjeras, sin ningún tipo de lealtad; lo que genera disputas y venganzas, señaló el periódico, que identificó funciones de recepción y custodio de cargamentos de estupefacientes, entre otras.
Los mismos cárteles de narcotraficantes también controlan el tráfico y trata de personas, lo que les genera alrededor de 150 mil millones de dólares anuales, según cálculos de Naciones Unidas; porque las rutas de los migrantes irregulares son las mismas de las drogas y armas, explicó la profesora estadounidense Celina Realuyo.
En una reciente conferencia en la Universidad de Panamá, reseñada por el diario, la académica advirtió de las amenazas del crimen organizado trasnacional ante la debilidad institucional y el peligro que esto representa para la estabilidad de los gobiernos y los métodos de gobernanza alterna que ejercen esos clanes en algunos territorios.
La pandemia de Covid-19 es un catalizador del desgaste gubernamental en varios países latinoamericanos, marcados por la corrupción, instituciones débiles; presupuesto limitado para atender las necesidades sanitarias, sociales y de seguridad ciudadana y las altas tasas de desempleo, expresó.
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Control de las zonas por medio de las armas
Todo esto frente a un crimen organizado poderoso; altamente rentable que aprovecha a su favor todo lo anterior para dominar comunidades e imponer su control en algunas zonas a través de las armas; además de conquistar adeptos al realizar “servicios sociales” a la población para llenar vacíos de gobiernos locales.
“Observamos que estos grupos respondieron con innovación y creatividad, aprovecharon la distracción de los gobiernos que desplegaron a los policías para asuntos sanitarios y dejaron espacio para su actividad criminal”; expresó la experta, quien advirtió del incremento de la pornografía infantil y el lavado de activos en el ciberespacio.
Por Prensa Latina