El tribunal de Costa Rica brindó detalles de una sentencia en la cual condenan a un nicaragüense a 45 años de cárcel por el delito de violación en perjuicio de una mujer, a quien agredió porque el celular que le quiso robar «no era un iPhone», sino «una basura».
Las autoridades condenaron a Jairo Flores Mercado en diciembre de 2022; pero hasta este mes de febrero se conocieron los detalles de la sentencia del Tribunal Penal de la provincia de Heredia, donde lo enjuiciaron
Según el documento judicial, en agosto de 2017 Flores y otro compinche abordaron a una mujer cuando salía de su trabajo y a punta de pistola la obligaron a entregar sus pertenencias.
30 agresiones sexuales a mujeres en Costa Rica
La fémina sacó su celular y al entregárselos a los dos sujetos, Flores le dijo que «no le servía porque no era ‘iPhone’; y por ende su teléfono era una basura y que por eso tenía que hacerle otra cosa».
«De inmediato ambos encartados obligaron a la ofendida a ingresar a un lugar donde había un árbol muy grande y donde no había luz, con el fin de violentar la integridad sexual de la agraviada»; indicó la sentencia.
Mientras el otro hombre, que aún no ha sido identificado, apuntó con el arma de fuego en la cabeza a la mujer y la empujó al suelo. Acto seguido el ahora condenado la violó.
«Con claro desprecio hacia la ofendida, le dijo que tenía suerte, que no tenía ganas de matar y que solo quería robar; momento en que apoderándose ilegítimamente de la suma de 80 mil colones, propiedad de la víctima», estableció la sentencia.
Tras violarla, el nicaragüense le ordenó a la agraviada a quedarse en el lugar por tres minutos mientras él y su compinche huían.
Por lo tanto, el tribunal de Costa Rica consideró a Jairo Flores Mercado como un «violador en serie»; ya que en 2019 se le condenó a 180 años de cárcel, que se le readecuaron a 50, por al menos 30 agresiones sexuales a mujeres en diferentes puntos de la capital San José.
El individuo tenía el mismo modo de operar: abordaba a sus víctimas entre 8:00 de la mañana y 11:00 de la noche, las amenazaba con pistola para robarles y luego las llevaba a lugares solitarios para violarlas.