Paula Yasmina Guerrero de 29 años, es la madre desnaturalizada que mató a su hijo de dos años, el pasado 15 de enero; en su casa que habita en el barrio porteño de Parque Patricios, en Argentina, quien seguirá detenida.
La cámara del Crimen confirmó en las últimas horas el procesamiento con prisión preventiva en Argentina, al considerarla posible autora de un homicidio doblemente agravado; que pudo haber sido cometido en el marco de «obsesión» que esta tenia con su ex pareja, padre del menor.
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El caso inicio el 15 de enero, cuando la mujer llamo al 911 diciendo que su hijo no podía respirar. El menor fue trasladado hasta el Hospital Garrahan, de Argentina; donde los médicos constataron que había fallecido. En la causa intervino la fiscalía Criminal y Correccional Número 30, a cargo de Marcela Sánchez, y la jueza en lo Criminal y Correccional Número 3, María Alejandra Provítola.
Guerrero fue presa dos días más tarde, luego que se conociese que el padre de Milo, Felipe Derto, se había presentado el 14 de enero; día previo a la muerte del menor ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, para pedir la tenencia temporal de la criatura porque temía por su integridad, una denuncia ante la cual la imputada le respondió amenazando con matar al niño.
Tras la investigación, la jueza Provítola de Argentina, concluyó que; durante la madrugada del 15 de enero, Guerrero había «dado muerte de manera deliberada y voluntaria a su hijo«; al sofocarlo con almohadas o contra el colchón mientras dormía en el marco de una «venganza» contra su expareja y padre de la víctima. Así, la imputó por homicidio doblemente agravado por el vínculo y la alevosía.
Autoridades de Argentina valoran esta situación
La defensa de la acusada, apeló al considerar que la autopsia sólo había concluido que la causa de muerte de Milo había sido una «congestión, edema y hemorragia pulmonar» y un «edema encefálico difuso», y que no estaba probada una maniobra asfíctica homicida. Ella, por otra parte, negó el hecho y dijo que esa noche había mezclado alcohol con pastillas y se durmió.
Pero al igual que hizo la jueza, Mariano Scotto y Juan Esteban Cicciaro, integrantes de la Sala VII de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en Argentina; valoraron el contexto previo de amenazas por Guerrero y una serie de lesiones que el nene presentaba en los labios y que, según se cree; se provocó en un mecanismo asfíctico por compresión o sofocación.
Todos estos elementos «permiten acreditar la obsesión de la imputada por retomar la relación con su última pareja y la angustia que le provocaba la falta de ingresos económicos y el cuidado de su hijo, a quien sólo aceptada vincular con el progenitor en el caso de recomponer la familia»; dedujeron Scotto y Cicciaro.