Manuel, un adolescente de 14 años que vivía en las montañas de Panchimalco en El Salvador fue salvado por Ignacio María Doñoro de los Ríos.
Un capellán de la Academia de Oficiales de la Guardia Civil de Aranjuez (Madrid) que lleva 25 años de su vida ayudando a jóvenes que se encuentran en extrema pobreza, víctimas de trata y prostitución, para que puedan tener una mejor vida.
Ignacio María Doñoro de los Ríos: El cura que se hizo pasar por un traficante de órganos para salvar la vida de un niño https://t.co/xedcScnXoV
— Buzita Nocturna (@BuzitaNoctuna) June 23, 2021
El adolescente padecía una parálisis parcial de su cuerpo y en su familia eran cinco hijos, él y cuatro hermanas.
No contaban con comida diaria para todos, por lo que su familia había decidido venderlo a un traficante de órganos de la zona.
En esa región es común que los habitantes no dispongan de los recursos necesarios para comer.
El capellán Doñoro, que fue destinado allí para una misión especial junto a la Policía Nacional de El Salvador, conoció la historia de Manuel y decidió salvar su vida.
El rescate
En su desesperación por sacarlo de aquella situación, Doñoro se vistió con una camiseta sucia y barba, alquiló una camioneta para llegar hasta el lugar exacto y también se hizo pasar por un traficante de órganos.
La familia pidió 25 dólares por Manuel. El cura sorprendido pensó que a la cifra le faltaban tres ceros. Agregó unos dólares más y se lo llevó de inmediato para rescatarlo.
“Algo que aprendes con el tiempo es que no puedes juzgarlos: aquel niño iba a morir y lo vendían fruto de la desesperación”, explica Doñoro, en una terraza del centro de Madrid.
Ahora ya está recuperado en El Salvador
El cura le dio asilo en un lugar llamado Hogar Nazaret, el cual fue fundado por él en el 2009.
Esta es una casa de acogida en el Amazonas peruano, en donde tratan de dar una vida digna a niños huérfanos o de familias vulnerables que sobreviven bajo la extrema pobreza y a otros muchos que han sido víctimas de trata y prostitución.
Ahora Manuel se encuentra recuperado de la parálisis gracias a una buena medicación y una constante rehabilitación.
Todas sus labores de solidaridad lo han llevado a estar nominado este año al premio Princesa de Asturias de la Concordia; galardón que se falla el próximo 30 de junio.