El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, acusó este martes en Washington a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de «extorsión» y de «sesgo ideológico».
En su informe Anual 2021, la CIDH, un órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA), añadió este año a Guatemala al capítulo IV.B, con lo que pasa a engrosar su lista negra de países donde observa graves violaciones de los derechos humanos.
La CIDH argumenta su decisión por «el progresivo debilitamiento democrática» en el país, «las injerencias sistemáticas contra la independencia» del sistema judicial, las «irregularidades en el proceso de elección de magistrados» y «la criminalización y estigmatización» de los jueces.
Durante un Consejo Permanente, el órgano ejecutivo de la OEA, Giammattei afirmó que en su país se respetan los derechos humanos. Y, «tampoco existe una infracción sistemática de la independencia del poder judicial y mucho menos actos de insubordinación de las instituciones del Estado a la autoridad civil».
El presidente guatemalteco se quejó de que el informe de la CIDH «se encuentra plagado de errores metodológicos que evidencian la falta de rigor jurídico y el sesgo ideológico» por tres motivos.
Primero, dice, cuestiona resoluciones judiciales y segundo; pone en entredicho «las investigaciones en curso contra distintos fiscales y jueces», lo cual califica de «activismo ideológico carente de objetividad».
Presidente de Guatemala acusó a la CIDH de «extorsión»
Tercero: critica que Guatemala haya firmado el Consenso de Ginebra, una declaración que intenta limitar la garantía del derecho al aborto.
«¿Cómo puede la CIDH cuestionar un acto soberano de la política exterior?», se preguntó el presidente.
«Existe otro error metodológico que evidencia una agenda en favor al aborto que se excede de sus competencias, porque la CIDH no debería ser activista en estos temas; sino respetar la soberanía de cada Estado», añadió.
Giammattei, asegura que la CIDH le envió una nota diciéndole que lo iban a incluir en el capítulo 4B; si no los invitaba a una visita, lo que calificó de «extorsión» y «amenaza».