En un inédito suceso que ha generado preocupación en Brasil, dos reclusos pertenecientes al Comando Vermelho, uno de los principales grupos criminales del país, lograron fugarse de una cárcel federal de máxima seguridad.
Este escape sin precedentes tuvo lugar el miércoles en la penitenciaría de Mossoró, ubicada en el estado nordestino de Rio Grande do Norte, a 280 kilómetros de la capital, Natal.
- De tu interés: El número de asesinatos en Gaza se eleva a más de 28 mil 600
En su sitio web, la Secretaria Nacional de Políticas Penales asegura que el sistema penitenciario federal es «una referencia de disciplina y procedimiento; pues nunca hubo fugas, rebeliones ni entrada de materiales ilícitos».
Pero algo falló y los presos Rogério da Silva Mendonça, de 35 años, y Deibson Cabral Nascimento, de 33, también conocido como «Tatu» o «Deisinho», lograron huir.
Fuga de una cárcel de máxima seguridad en Brasil
🕵️ PF investiga fuga de 2 presos de penitenciária federal de segurança máxima em Mossoró (RN). Presídio está em reforma e Secretaria Nacional de Políticas Penais do Ministério da Justiça desconfia que obras podem ter favorecido fuga dos presos https://t.co/Nldfa5wl9o #JN pic.twitter.com/woAHMNqVvf
— Jornal Nacional (@jornalnacional) February 14, 2024
Da Silva Mendonça está condenado a 74 años de prisión por homicidio y robo, mientras que Nascimento cumplía una pena de 81 años por organización criminal, tráfico de drogas y robo.
Según el portal de noticias G1, a los dos presos se les vincula con el narcotraficante Fernandinho Beira-Mar; uno de los líderes históricos del Comando Vermelho y preso en el mismo recinto. Los dos llegaron a Mossoró en septiembre del año pasado, después de participar en una motín de otra cárcel que terminó con cinco presos muertos, tres de ellos decapitados.
Según las primeras investigaciones, los presos salieron por el techo de las celdas y arrancaron una estructura metálica de aluminio y cables de alimentación. Después llegaron al patio y con alguna herramienta cortante cortaron una valla y huyeron.
La prisión atraviesa una serie de obras de mantenimiento.
El sistema federal, que cuenta también con los presidios de máxima seguridad de Brasilia, Porto Velho (norte), Cantanduvas (sur) y Campo Grande (centro-oeste); fue concebido con el objetivo de desarticular el crimen organizado, aislando a sus líderes más peligrosos.
La cárcel de Mossoró fue inaugurada en 2009, tiene una extensión de 12.300 metros cuadrados y capacidad para 208 presos; cuyos movimientos son controlados en todo momento en celdas individuales de siete metros cuadrados.
La penitenciaría está en una zona aislada, a unos 15 kilómetros del centro de la ciudad.