El martes 15 de octubre de 2024, el aire en la Escuela Superior de Maestros en Caranavi se llenó de horror y desconsuelo. A las 08:00 horas, una discusión aparentemente trivial entre dos jóvenes estudiantes se tornó en una escena de violencia devastadora. Kamila, una estudiante de 23 años, fue asesinada por su compañero Marcos en el salón de clases, un acto de violencia que dejó a todos los presentes en estado de shock.
Un video que se viralizó rápidamente en redes sociales capturó el terrible momento en que Marcos, en un arranque de celos, atacó a Kamila con un cuchillo. Sus compañeros, en medio del pánico, intentaron intervenir, gritando: «Tranquilo, ya, tranquilo. Suelta eso». Pero sus esfuerzos fueron en vano. El aula, que debería ser un lugar de aprendizaje y seguridad, se convirtió en un escenario de horror.
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Kamila, quien estaba en su cuarto año de estudios, fue llevada de urgencia al Hospital de Caranavi, pero su vida se apagó rápidamente debido a las múltiples puñaladas que recibió. La comunidad educativa quedó devastada por la pérdida de una joven llena de sueños y aspiraciones.
Las autoridades bolivianas iniciaron una investigación por feminicidio, y el agresor fue aprehendido poco después del ataque. Según informes, Marcos se autolesionó en la pierna durante el ataque y se le trasladó a un centro asistencial. El incidente ha desencadenado una ola de indignación y tristeza en la comunidad, que exige justicia para Kamila.
Terror en un salón de clases
Los amigos y familiares de Kamila la recuerdan como una joven trabajadora, comprometida con sus estudios y con el deseo de convertirse en maestra.
Kamila no solo era una víctima; era un símbolo de esperanza y potencial, un futuro que se le arrebató de manera cruel.
