Un grupo de cinco amigos de la infancia, Dante, Diego, Jaime; Roberto y Uriel, con edades entre 19 y 22 años; se reunieron el 11 de agosto para pasar una tarde de viernes juntos en Lagos de Moreno, una ciudad en el estado de Jalisco, México. Asistieron a la feria anual, pero después de unas horas, desaparecieron.
Las autoridades descubrieron cuatro cráneos calcinados y otros fragmentos de huesos en una propiedad cercana; investigando si pertenecen a los jóvenes desaparecidos.
Lee también: Padres devastados en Guatemala: Tres hermanas mueren cuando conocían el mar
Surgieron imágenes perturbadoras que sugieren que los jóvenes podrían haber sido víctimas; de una violencia criminal extrema que afecta a Jalisco.
Una fotografía circuló en redes sociales y mostraba a los jóvenes amarrados y golpeados en una propiedad desconocida; mientras que un video indicaba que uno de ellos estaba siendo obligado a cometer violencia contra los demás.
Las autoridades encontraron una propiedad que aparentemente coincide con el video, con evidencia como manchas de sangre y calzado que sugerían que los jóvenes estuvieron allí. También se encontró uno de los autos de los jóvenes; que contenía restos humanos presumiblemente.
Eran conocidos por sus actividades compartidas
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, calificó los ataques como irracionales y violentos; exigiendo una reacción por parte del gobierno mexicano. El presidente Andrés Manuel López Obrador no abordó el caso durante su conferencia de prensa.
Los amigos desaparecidos, Dante, Diego, Jaime, Roberto y Uriel; eran conocidos por sus actividades compartidas; como el fútbol y pasar tiempo juntos durante sus horas de ocio.
Dante, de 22 años, era un ciclista consumado; Diego, de 20 años, trabajaba como herrero; Jaime, de 21 años; era un trabajador de la construcción conocido por su alegría; Roberto, de 20 años, era un entusiasta del boxeo que estudiaba ingeniería industrial; y Uriel, de 19 años, compartía el amor por el boxeo.
Desapariciones forzadas en México
Este caso refleja el patrón de desapariciones forzadas en grupo observado en Jalisco; que ha experimentado un aumento en este tipo de incidentes. La región, en particular Lagos de Moreno; se ha caracterizado por altas tasas de desapariciones y se sugiere que es un punto focal de actividades criminales.
Las familias de los jóvenes desaparecidos están decididas a esperar evidencia sobre su paradero; expresando la esperanza de que regresen al lugar donde fueron vistos por última vez.