La reciente inauguración del dique flotante en Casa Blanca, Cuba, marca un hito significativo en el impulso del comercio marítimo del país. Este proyecto, considerado el más grande y moderno del Caribe, fue posible gracias a un crédito de más de 40 millones de dólares obtenido en intensas negociaciones con el Gobierno de China.
Johannes Milian, gerente general de Caribbean Drydock, resalta su importancia para potenciar las exportaciones cubanas y generar ingresos externos esenciales.
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El dique flotante no solo se erige como un logro estratégico, sino también como un generador de ahorros para Cuba. Anteriormente, las embarcaciones cubanas tenían que buscar servicios de mantenimiento en otras partes del mundo, incurriendo en mayores costos.
Ahora, con esta nueva infraestructura, se espera que el país no solo ahorre gastos, sino que también ofrezca servicios de mantenimiento a otras naves de la región, consolidando su posición como un centro marítimo clave.
Cuba potencia su infraestructura marítima
La inversión no solo tiene implicaciones económicas, sino también sociales. La creación de empleo en un sector previamente descapitalizado es un aspecto fundamental.
Este desarrollo no solo representa una fuente de trabajo sino también la posibilidad de mejorar las condiciones salariales en el sector. Además, la inversión podría ser un catalizador para futuros proyectos que fortalezcan la presencia de Cuba en la industria marítima.
Con su nueva infraestructura, Cuba está preparada para potenciar su presencia en el comercio marítimo, aprovechando su ubicación geográfica estratégica.
Este dique flotante no solo es un testimonio del desarrollo de la capacidad marítima de Cuba, sino también un paso hacia la eficiencia y la autosuficiencia en el mantenimiento naval, proyectando beneficios a corto y largo plazo para la isla caribeña.