La caravana conformada por miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos y haitianos, que partió en días recientes desde el municipio mexicano de Tapachula, avanzó este miércoles una veintena de kilómetros bajo un potente sol y llegó a Villa Comaltitlán, tras pasar una garita sin ser detenidos.
El grupo reanudó su viaje por el suroriental estado de Chiapas de madrugada y luego de que los migrantes partieron del municipio de Huixtla tras agradecer la hospitalidad del pueblo.
Posteriormente se internaron sobre la carretera costera en Chiapas, avanzando varios kilómetros en un solo carril y de manera ordenada bajo fuertes temperaturas que superan los 38 grados centígrados.
Oscar Hernández, un migrante de El Salvador, contó que la caminata ha sido difícil pero su meta final es llegar a la frontera norte; a pesar de las carencias que se tienen durante la travesía.
Los migrantes siguieron su curso hasta llegar a una garita del Gobierno federal en Huixtla. Estos pasaron sin ningún contratiempo; además sin ser molestados por los elementos de la Guardia Nacional y los agentes migratorios presentes.
Al grito de “sí se pudo”, “libertad” y “el pueblo unido jamás será vencido”, los miles de migrantes pasaron caminando esta caseta.
Los elementos federales únicamente observaron el paso de los miles de migrantes y tomaron fotografías del ingreso masivo de los extranjeros, que no se detuvieron con tal de poder llegar al municipio de Villa Comaltitlán horas después.
Para el activista del Centro de Dignificación Humana (CDH) Luis Rey García Villagrán, esta es también una marcha por la niñez, pues de los 4.000 migrantes que se estima que avanzan en caravana, unos 1.250 serían menores.
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Y de estos, el 70 % son niños menores de siete años. “Ya hemos hecho el censo”, explicó García Villagrán a medios.
Lorena del Socorro Saraica, de Nicaragua, insistió que su propósito es llegar a la Ciudad de México para poder regularizar su situación con mayor celeridad en la sede del Instituto Nacional de Migración (INM) de la capital, pues en Tapachula las autoridades están saturadas.
Debido a los fuertes rayos del sol y a la falta de agua, algunas mujeres se desmayaron. Estas fueron atendidas por paramédicos de la Protección Civil de la zona.
En tanto, autoridades locales donaron agua a los miembros de la caravana para evitar que se reprodujese en situaciones parecidas.
La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año. Un flujo histórico de 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto; el triple de 2020.