Un joven de 26 años que había ido a visitar a una amiga en Campana fue asesinado a puñaladas en la madrugada del miércoles por la exnovia de la dueña de casa. La acusada, Mariela Díaz, tenía varias denuncias por acoso y violencia.
“Ya no estaban juntas, pero Mariela estaba obsesionada con Ayelén. Quiso matarla, cortándole el cuello en plena calle. Se salvó por poco”, relató un familiar de la exnovia de la agresora en diálogo con el portal local Opinión Frontal. En esa oportunidad no pudo pero, al parecer, en las últimas horas decidió volver a intentarlo y por eso se habría acercado hasta el domicilio de la calle Jujuy al 300, entre Modarelli y Alferi, armada con un cuchillo.
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El destino quiso que Gabriel Emiliano Benítez se encontrara justo en el momento en que la agresora hizo su aparición. “Ayelén estaba con un amigo y ella (Díaz), de enferma obsesionada que está con ella, ingresó a la vivienda y asesinó a puñaladas a Emiliano”, se lamentó la mujer. En medio de una discusión, el joven fue apuñalado en el pecho y la herida fue letal. Murió casi en el acto.
Por su parte, Ayelén pudo escapar ilesa una vez más del ataque criminal de su ex mientras que la homicida, una adolescente de 19 años, también huyó pero fue capturada poco después por efectivos del Comando Patrulla (C.P.) de Campana. La interceptaron en el cruce de Schinoni y la colectora sur de la Ruta Panamericana, cerca de su propia casa y escondida debajo de un auto.
La causa fue caratulada como “Homicidio” y quedó a cargo de la Unidad Funcional N° 2 de los tribunales de Zárate – Campana. Intervinieron en los operativos personal de la Estación de Policía de Campana, de la Superintendencia de Seguridad de la Región Interior Norte Uno y efectivos de la Policía Científica.
Encontró a su amigo teniendo relaciones con su pareja y lo asesinó a fierrazos
Hace poco más de un mes un llamado al 911 alertó sobre una fuerte discusión en una fábrica abandonada de la localidad bonaerense de Sarandí, en Avellaneda. Al llegar los efectivos encontraron el cuerpo de un hombre que había sido asesinado a golpes y a una pareja, con la ropa visiblemente ensangrentada.
De acuerdo a la reconstrucción que hicieron los investigadores el homicidio fue el trágico desenlace de un triángulo amoroso del cual uno de los protagonistas no sabía que formaba parte. Así, todo estalló cuando Lázaro Oscar Díaz llegó a la fábrica que usaba como vivienda y encontró a su pareja teniendo relaciones sexuales con la víctima.
La reacción del hombre engañado fue criminal: se armó con un fierro que encontró tirado y le dio a quien creía su amigo un fuerte golpe en la cabeza que lo mató en el acto. Para cuando los patrulleros y la ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) arribaron al edificio de la calle Emilio Zola y Hornos ya no había nada que pudieran hacer para salvarlo.
