CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Investigadores que buscaban a una elusiva especie de ballena picuda dijeron el miércoles que creen haber descubierto una especie previamente desconocida en las costas del Pacífico mexicano.
El doctor Jay Barlow, profesor adjunto jubilado en el Instituto Scripps de Oceanografía, dijo que estas ballenas lucen y emiten sonidos distintos a las cerca de 23 especies conocidas de ballenas picudas, a las que también se les llama nariz de botella, zifios o calderones.
El equipo navegaba en el buque del organismo activista Sea Shepherd Conservation Society a mediados de noviembre con la esperanza de identificar el origen de una señal acústica no identificada. Otros investigadores habían vinculado la señal con el zifio de Perrin, una especie que únicamente ha podido observarse cuando ejemplares muertos son arrastrados por las corrientes hacia la orilla del mar.
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De repente, tres de las nuevas ballenas picudas nadaron a poca distancia del barco de Sea Shepherd y pudieron ser videograbadas. Barlow dijo que confía en que no se trataba de ballenas picudas de Perrin.
“Vimos algo nuevo. Algo que no esperábamos ver en esta zona, algo que no encaja, ni visual ni acústicamente; algo que no se sabía que existía”, comentó Barlow.
Barlow dijo que los investigadores recolectaron tres muestras del agua por la que nadaron los animales con la esperanza de “una muestra de ADN de las células epiteliales en el ambiente”, que será analizada en un laboratorio lo más pronto posible.
Los investigadores esperan organizar una nueva misión el próximo año para ver si pueden encontrar a estos nuevos cetáceos y a la ballena picuda de Perrin.
Misterios en el mar
Las ballenas picudas, llamadas así por sus hocicos puntiagudos parecidos a los delfines, se encuentran principalmente en aguas remotas, como las de las islas de San Benito.
Aunque miden hasta cinco metros de largo, pueden ser difíciles de observar para los científicos, ya que tienden a nadar y alimentarse principalmente a profundidades de alrededor de 3 000 pies, saliendo a la superficie solo ocasionalmente en busca de aire.
"El hecho de que estaban buscando una ballena muy rara, y de que encontraran algo completamente diferente, es extraordinario y maravilloso, y es la alegría de hacer ciencia", opinó Andrew Read, biólogo marino de la Universidad de Duke.
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El especialista agregó que, si bien la determinación de una nueva especie es un evento poco común, los hallazgos descritos por el equipo de Barlow parecen consistentes con un descubrimiento único.
"Es un animal enorme, del peso de un caballo Clydesdale. Imagínese algo tan grande en el reino terrestre que no se descubre", dijo. "Pero hay muchos misterios en el mar".