La Presidencia del Gobierno colombiano desde su sitio oficial declaró al archipiélago caribeño de San Andrés, Providencia y Santa Catalina zona de desastre tras el paso del huracán Iota.
Según establece la normativa de la Presidencia, el decreto estará vigente por 12 meses y será prorrogable por un periodo más. “Esta nueva norma establece los lineamientos generales para el manejo de la situación de desastre y del Plan de Acción Específico, con miras a mitigar los efectos de los huracanes en las islas", precisó el documento.
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Entre las medidas adoptadas por el Gobierno, se encuentra la administración de albergues y subsidios de arrendamiento temporal para quienes evacuaron sus viviendas y la reconstrucción de las casas afectadas o destruidas.
Por su parte, el presidente colombiano, Iván Duque, viajó este miércoles hasta San Andrés para coordinar la entrega de ayuda humanitaria y la estrategia de atención en salud y reconstrucción del lugar.
A través de su cuenta de Twitter, el mandatario anunció que "estamos en este momento saliendo con medicamentos, con carpas. Estamos esperando hoy también la llegada de embarcaciones (de la Armada Nacional) para hacer la distribución de ayuda humanitaria”.
A través del Decreto 1472, del 18 de noviembre de 2020, firmado por el Presidente @IvanDuque, se establece que la declaración de desastre tendrá un término de 12 meses, prorrogables hasta por un periodo igual.https://t.co/EGTGpDFjIV
— Presidencia Colombia ?? (@infopresidencia) November 18, 2020
Atención
Esta semana se decretó también la asistencia humanitaria por parte de la Fuerza Aérea colombiana a las familias afectadas con alimentación y elementos de dormitorio, higiene y cocina durante el tiempo que dure la emergencia.
El huracán Iota devastó este lunes en la madrugada a San Andrés, un archipiélago habitado por unas 65.000 personas.
Según autoridades, el territorio presenta al menos dos muertos, un desaparecido y miles de damnificados.
Providencia, situada unos 90 kilómetros al noreste de San Andrés, fue atravesada de este a oeste por el huracán, entonces de categoría cinco, con vientos de 250 kilómetros por hora en su avance hacia las costas de Nicaragua.