San José, 4 oct. (EFE).- Los actos de violencia y los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes se han incrementado en las últimas horas en Costa Rica, en el marco de las protestas de grupos sociales contra una posible negociación del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 1.750 millones de dólares, que traería consigo una subida de impuestos.
El Ministerio de Seguridad informó este domingo que entre la noche del sábado y la madrugada de hoy despejó bloqueos en varias carreteras en el interior del país, incluida la que conduce a la frontera con Panamá, y que al menos 15 policías resultaron heridos en enfrentamientos con los manifestantes. Además, dos personas fueron detenidas.
El director de la Fuerza Pública, Daniel Calderón, dijo en una declaraciones enviadas a los medios que ha sido una "situación compleja" en la que una persona golpeó con un tractor a varios policías en Limón (Caribe) y un vehículo blindado de la policía recibió balazos.
COSTA RICA
Continúan las protestas en Río Lagarto y con más presión. La Conferencia episcopal de Costa Rica le propuso al gobierno ser los mediadores de un diálogo nacional con carácter de urgencia. pic.twitter.com/GHNimXDPlL— Entre Líneas No Oficial (@EntrelineasNoOf) October 3, 2020
"Gracias a Dios no tenemos oficiales con lesiones graves pero sí van a necesitar varios días de recuperación", afirmó.
El sábado había unos 40 bloqueos en puntos estratégicos de carreteras del país, donde los manifestantes quemaron llantas y en algunas zonas se enfrentaron con los policías, y se prevé que este domingo los cierres continúen.
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Las protestas comenzaron el pasado miércoles en contra de una posible negociación del Gobierno con el FMI para acceder a 1.750 millones de dólares que se destinarían a estabilizar las finanzas del Estado, cuya situación se ha agravado con la pandemia de la COVID-19.
En esta eventual negociación con el FMI el Gobierno pretende plantear la creación y el aumento de impuestos, así como recortes de gasto y la venta de activos del Estado, a menos de dos años de aprobada una polémica reforma tributaria que en 2018 causó una huelga sindical.
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Ésto sucede en estos momentos continúan las protestas y bloqueos en Costa Rica contra el paquete financiero que pretende aprobar el Gobierno de Carlos Alvarado. #2Oct @TPU19J @CuervoNica @mijamart88 @ElMachoAguero @collvermat pic.twitter.com/FloLTX4cfr— ?????????? (@DrSuazo915) October 3, 2020
Las protestas son organizadas por el llamado "Movimiento Rescate Nacional", encabezado por el excandidato presidencial José Miguel Corrales y otros personajes políticos y sociales, quienes exigen al Gobierno desistir de impulsar el acuerdo con el FMI.
El Gobierno ha dicho que está dispuesto a dialogar, incluso con una mediación ofrecida por la Iglesia Católica, pero ha puesto como requisito que se levanten los bloqueos.
RECHAZO A NUEVOS IMPUESTOS
El pasado 17 de septiembre el Gobierno presentó a la opinión pública una propuesta para negociar con el FMI un acuerdo por 1.750 millones para estabilizar las finanzas del país.
El Gobierno no ha presentado esta propuesta al Fondo Monetario Internacional, pues considera que primero debe haber una negociación política interna con los diputados como principales actores.
La propuesta incluye nuevos impuestos como uno a las transacciones bancarias y la renta global, así como el aumento del impuesto sobre la renta y el de bienes inmuebles.
Además, la iniciativa pretende fusionar algunas instituciones públicas y vender otras como el Banco Internacional de Costa Rica y la Fábrica Nacional de Licores.
La propuesta gubernamental es rechazada por la oposición política, que critica los nuevos impuestos y el bajo recorte del gasto, mientras que sectores sindicales y sociales afirman que la propuesta representa un duro golpe a la clase trabajadora y a los sectores más vulnerables.
El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, ha defendido la iniciativa asegurando que no afectará a las personas pobres y que se trata de una opción "realista" para evitar una crisis mayor, aunque ha reconocido que impulsar más impuestos es "impopular", "doloroso" y "una medicina amarga".