Seis meses después del anuncio del primer caso de covid-19 en Brasil, la comunidad indígena Sahu-Apé, en el estado brasileño de Amazonas (norte), acaba de recibir sus primeros test rápidos para conocer la incidencia del virus.
Una brigada de la Sesai, una secretaría federal para la salud indígena, llegó este viernes a esta comunidad de casas de paredes de ladrillo y techos de paja del municipio de Manacapuru, a 37 kilómetros de Manaos, habitada por 14 familias de la etnia Sateré–Mawé.
"Durante la pandemia hemos tenido muchos problemas con el virus. Pero Gracias a Dios, es las primera vez que nos hacemos el test aquí en la aldea. Durante este tiempo, solo tomamos remedios caseros", explica a la AFP Sahu da Silva, de 41 años, delegado de salud en la comunidad.
Vestidos con un mono naranja, máscaras y guantes blancos, los enfermeros les toman la presión y la temperatura a los indígenas, y luego les extraen sangre de la punta del dedo para determinar si ya estuvieron expuestos al virus.
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"Es la primera vez que hacemos el test en esta idea, pero nuestro equipo ya viene siguiendo su estado desde el inicio de la pandemia", explica, Reginaldo Viana, un enfermero de 43 años.
Su brigada trabaja en 10 aldeas de Manacapuru, donde viven cerca de 700 indígenas de distintas etnias. De 90 test, 43 dieron positivo, uno de los cuales falleció.
Con más de 4 millones de casos y de 130.000 muertos, Brasil es el segundo país con más fallecidos y el tercero con más contagiados por la pandemia. Entre los 900.000 indígenas que viven en las diferentes regiones de este país de 212 millones de habitantes, se registraron más de 31.000 contagios y 797 decesos, según la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB).
La red sostiene que la baja inmunidad, la entrada de patógenos foráneos, la invasión de las tierras indígenas y un sistema precario de salud explican estos números.
Pero la comunidad Sahu-Apé sigue abierto al turismo, uno de sus principales sustentos.
"Estamos abiertos a las visitas, con algunos cuidados, como la obligación de usar máscara en la entrada. Dependemos del turismo. Vivimos de nuestra cultura, de nuestros rituales. Pero también estamos preocupados por la seguridad, la nuestra y la de los visitantes", explica Sahu da Silva.