La cuarentena domiciliaria obligatoria y el cierre casi total de la economía ya no son las medidas adecuadas para contener el COVID-19. Eso concluyó ayer el Colegio Médico, luego de una conferencia con dos expertas del Centro de Prevención de Enfermedades (CDC) de Taiwán, acerca de cómo ese país ha maniobrado a partir de que comenzó la pandemia.
Médicos pertenecientes a esa gremial aseguraron que la experiencia de Taiwán, que hasta ayer reportaba 440 casos y siete muertos, está basada en una labor de inteligencia epidemiológica, fundamentada en focalizar los sitios donde la circulación del virus es mayor.
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Desde la carretera, la comunidad Nueva Esperanza anuncia que ya no puede más, y espera a que la ayuda llegue a través de ese esfuerzo.
“La cuarentena domiciliaria obligatoria ya no es la medida para manejar la emergencia desde el punto de vista de epidemiología, hay otros mecanismos que pueden ser adecuadamente implementados, sin que signifiquen el costo económico y social, y el sufrimiento humano que el pueblo está pagando, especialmente las personas que están pasando la hambruna”, sostuvo el infectólogo Jorge Panameño, miembro del Observatorio de COVID-19 del Colegio Médico.
Experiencia taiwanesa
Explicó que lo que aprendieron de la experiencia taiwanesa en el manejo del COVID-19 es la posibilidad de focalizar las medidas mediante cordones epidemiológicos en áreas de mayor circulación del virus, “sin necesidad cerrar el país entero”.
“Nos enseñaron cómo implementar la cuarentenas domiciliaria. Nos han enseñado cómo hay cosas que se pueden hacer y cómo han sido firmes con aquellos que han sido enviados a cuarentena domiciliar por 14 días. Hay mecanismos para supervisar el cumplimiento de la medida, y si la persona no cumple hay pasos para detectarlo”, agregó el médico.
Otro de los aspectos que los médicos lograron identificar en Taiwán fue que utilizan la misma tecnología que hay en países como El Salvador. “No implica nada que no esté a nuestro alcance, implica usar los diversos niveles del sistema de Salud, se trata de inteligencia epidemiológica, de usar de forma racional los recursos que se tienen y hacer que bajen el número de pacientes”, detalló Panameño.
Para el infectólogo Iván Solano Leiva, aunque sean culturas diferentes, ellos hacen énfasis en la detección de casos y utilizan los datos para focalizar los cercos sanitarios y buscar los nexos epidemiológicos, contactos y tomar las pruebas, y luego abrir nuevamente las zonas donde se han encontrado casos, áreas que permanecen en vigilancia por el sistema primario de atención en salud. “Los mensajes que trasmite a la población no son de pánicos, sino educación en prevención”, dijo.
Según el médico, las medidas de Taiwán se pueden aplicar en El Salvador, ya que “los pacientes asintomáticos, leves, los que son gran mayoría de casos en el país, no deberían de estar ingresados (en hospitales), debería de dársele prioridad al sistema de atención primario en la vigilancia de estos pacientes y no saturar el nivel terciario, que son los hospitales grandes; o el nivel secundario. Dejar los hospitales para atención de pacientes moderados y pacientes críticos y graves que requieren una unidad de cuidados intensivos”, aconsejó Solano Leiva.
Por ello, sugirió que los pacientes cumplan su cuarentena en el domicilio y ser supervisados por un equipo médico que los esté visitando o hablando por teléfono para no saturar los hospitales.
Roberto Vidrí, cirujano y máster en epidemiología, quien también estuvo presente en la reunión, indicó que es importante que las estrategias se basen en educar a la población sobre las medidas sanitarias.
“En Taiwán se basaron en la ciencia, medicina y epidemiología, y se basaron en los sistemas de vigilancia que ya se tenían para controlar los contagios por el virus”, aseguró el especialista, informó El Diario de Hoy.