El domingo en la tarde, en redes sociales trascendió que en una zona rural del municipio de San Julián, departamento de Sonsonate, había muerto una “mujer pandillera” en un enfrentamiento con policías.
Identificaban a la mujer como Zulma Yamileth Valencia Sisco, de 22 años.
Sin embargo, ayer, mientras esperaba en las afueras del Instituto de Medicina Legal de Sonsonate a que le entregaran el cadáver de su hija, su madre negó todo lo que de ella se ha dicho en algunos portales de noticias y en redes sociales: que era pandillera y que, pistola en mano, había muerto luego de atacar a fuerzas policiales.
El hecho sucedió en la Finca San Joaquín, del cantón Peña Blanca, del municipio de San Julián.
La madre de Zulma explicó que ella escuchó aproximadamente unos 10 detonaciones y que con una vecina hizo la broma de que así les estaban celebrando el día de la madre, sin pensar que momentos después le avisarían que aquellas detonaciones habían acabado con la vida de su hija.
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La señora explicó que su hija salió de su casa, en la colonia Guadalupe, exactamente a las 9:00 de la mañana del domingo. Le dijo que iba a recoger un dinero que le iban a entregar para comprarse algunas cosas por ser el día de la madre.
“Me duele lo que me ha pasado porque es mi hija. No me quiero meter más en líos, porque por muy poco que uno hable, se puede uno meter en líos y no quiero que mañana sea yo quien esté en ese lugar”, dijo la mujer, mientras dirigía su mirada hacia la morgue judicial.
Según la madre de Zulma, su hija no era pandillera y tampoco se relacionaba con nadie de esos grupos; es más, asegura que solía comentarle que no comprendía cómo las jóvenes se involucraban sentimentalmente con esas personas.
Afirma que en estos días estaba contenta porque había comenzado a trabajar en una fábrica de alimentos instalada en el cantón Lourdes y el viernes recibiría su primer pago.
Asegura que ella no sabe nada de armas pero hay personas que le han afirmado que la disparazón que se escuchó fue de un solo calibre, y que no pareció un enfrentamiento.
Por su parte, algunos habitantes de la colonia Guadalupe se mostraron escépticos en cuanto a que Zulma fue abatida por policías a quienes había atacado con un arma de fuego cuando fue sorprendida estando en reunión con otros pandilleros.
“No creo que eso sea cierto. Yo la conozco y sé que estaba trabajando en la misma fábrica que mis dos hijos”, afirmó un hombre que dijo estar indignado por el caso.
Zulma deja en la orfandad a un niño de tres años que, según su madre, concibió durante una relación sentimental que tuvo mientras estudiaba bachillerato.
La Policía mantiene su versión
Ayer El Diario de Hoy consultó con el jefe del puesto policial de San Julián, si Zulma estaba perfilada como miembro de pandillas. En principio dijo que sí, pero cuando se le preguntó como se podía comprobar eso, dijo que en las pandillas hay distintos roles y que Zulma era poste, es decir, quienes sirven de informantes sobre los movimientos de policías o militares en los lugares bajo control pandilleril.
Cuando se le preguntó al oficial dónde había ocurrido el hecho, dijo que “al otro lado de ese cerro”, lo cual no es cierto; según lugareños, la balacera que se escuchó fue a menos de dos kilómetros en línea recta de la casa de la joven.
La policía local mantiene la versión de que la joven murió en enfrentamiento con policías de la Base Rural de Sonsonate, asentada en el cantón San Isidro, del municipio de Izalco.
No obstante, un oficial de policía que conoció el caso dijo que tenía sus dudas de que la mujer hubiera atacado a los policías.
“Algo no me cuadra. No creo que se enfrentara a balazos. Le cayó un su plomazo, de mala suerte, y le pusieron el cuete. La escena no me cuadra, yo he estado en enfrentamientos”, afirmó el oficial, a través de mensajería de WhatsApp.
El caso de Zulma ocurrió a pocos kilómetros de donde el viernes 10 de abril, un agente policial le hizo dos disparos en una pierna a Alfredo C., luego de que el joven supuestamente se resistiera a darle 50 dólares como soborno para que no lo remitiera a un centro de contención por haber violado la cuarentena impuesta por el gobierno para contener la pandemia de coronavirus.
Por ese hecho fue capturado un agente de la base rural de Sonsonate pues hubo testigos de que los disparos no fueron hechos de forma accidental o porque la víctima intentara escapar del retén policial que cuatro policías habían instalado en la calle principal del cantón Chilata.