El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, exigió este viernes el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos (EE.UU.) contra Venezuela "en momentos de pandemia", considerando las declaraciones de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), quien afirma que estas acciones dificultan el ingreso de insumos humanitarios al país suramericano.
El titular de Relaciones Exteriores afirmó que "la verdad se impone. Nadie puede negar lo que es evidente", en una jornada marcada por el pronunciamiento del presidente de la FICR, Francesco Rocca, acerca de la lenta entrada de ayuda humanitaria en Venezuela, cuya capacidad de organización se complejiza debido a las medidas coercitivas unilaterales que impone el Gobierno de Washington.
La Federación Internacional de la Cruz Roja afirma que las sanciones de EEUU dificultan el ingreso de insumos humanitarios a Venezuela. La verdad se impone. Nadie puede negar lo que es evidente. EEUU debe levantar las sanciones en momentos de pandemia.https://t.co/RmQ19Wpypk
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) April 24, 2020
La organización humanitaria ha entregado a Venezuela hasta el momento más de 67 toneladas de ayuda consistente en insumos, equipos y materiales médicos para combatir el coronavirus. Sin embargo, Rocca subrayó que eso es solo "una gota en el océano" de las necesidades que tiene la nación suramericana ante la pandemia.
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La FICR, sin ningún sesgo político, propone la creación de algún tipo de mecanismo que aseguren que la Cruz Roja y el resto de organizaciones humanitarias puedan llevar al país latinoamericano tanta ayuda como sea posible.
Mediante su política injerencista el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha aprovechado la contingencia sanitaria provocada por la COVID-19 para profundizar las sanciones económicas y el bloqueo financiero contra Venezuela, iniciadas por su predecesor, Barack Obama, con el objetivo de crear una crisis social en ese país y forzar un cambio de Gobierno.
Esta clara violación del derecho internacional ha provocado la apropiación ilícita de más de 30 millones de dólares. Mientras, más de 4 millones se encuentran retenidos en la banca internacional, lo que se traduce en un impacto en la salud y la alimentación del pueblo venezolano.
