Los resultados de la autopsia de la niña de 8 años que fue encontrada totalmente calcinada en la casa de su primo en la ciudad bonaerense de Lobos, Argentina, revelaron el infierno que sufrió la menor antes del trágico final.
El informe forense constató que G. fue brutalmente golpeada en la cabeza y rostro por su primo, pero murió por quemaduras, que le provocaron un daño severo en sus órganos vitales, según informó la agencia Télam.
Luis Ezeiza, padre de la pequeña G., aseguró que su sobrino Sergio Ramón Oliveira, de 22 años, “tenía todo planeado” porque intentó “violarla” y como ella se negó “la mató porque es un monstruo”. Su esposa lo consideraba “como un hijo”, y recordó que cuando su hija era una bebé la cargaba en brazos.
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El horrendo crimen se desencadenó cuando Oliveira fue el domingo hasta la casa de su tía y le pidió para que lleve a su prima a un cumpleaños con su hijo, a quien nunca pasó a buscar. En la madrugada del lunes, los desesperados padres denunciaron su desaparición.
“Yo la fui a buscar, pensaba que algo estaba pasando porque no contestaba el teléfono; si te llevas a una criatura tienes que contestar, y en mi cabeza comenzó a caminar el bichito de la preocupación”, relató Luis, quien entonces fue a la casa de Oliveira.
“Cuando voy para allá empiezo a golpear la puerta y no da signos de vida este individuo. Por eso llamé al 911 que vino muy rápido”, comentó el hombre que junto a la Policía encontró el cuerpo de su hija calcinado.
Justicia para la niña asesinada por su primo
El padre de G. pidió que su sobrino “se pudra en la cárcel y no salga nunca más”, y condenó que lo que más le duele es pensar “lo que sufrió G. por las quemaduras”.
“Me quitó lo más grande que hay, mató a su sobrina, la ultrajó, la mató indefensa, nosotros le importamos un carajo, no valemos nada para él, que lo dejen encerrado de por vida, que no salga más y que se pudra ahí adentro”, concluyó Luis.
Oliveira permanece detenido en una cárcel de Argentina y es acusado de “homicidio calificado”. La fiscal Patricia Hortel de la UFI N° 1 de Saladillo está a cargo de la investigación, informó La República.
