San Pedro Sula (Honduras), 31 ene (EFE).- Más un centenar de inmigrantes hondureños salieron este viernes en caravana hacia Estados Unidos, conscientes de que las posibilidades de llegar son muy escasas por el riguroso control que ejercen las fuerzas de seguridad de México en su frontera sur con Guatemala.
"Sabemos que al llegar a México tendremos problemas, pero vamos a buscar una ruta por la que podamos movernos y a ver hasta dónde podemos llegar", dijo a Efe uno de los inmigrantes que solamente se identificó como Mario, "por cosas personales", y que afirmó que es la segunda vez que intenta llegar a Estados Unidos.
La primera vez fue hace dos semanas, cuando se fue en la caravana que salió desde la central de autobuses interurbanos de San Pedro Sula (norte de Honduras).
Mario, de 26 años y originario de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, indicó escuetamente que se fue "como la mayoría porque no tenemos trabajo" y que fue detenido en México con centenares de sus compatriotas después de que la semana pasada cruzaron el río Suchiate, limítrofe con Guatemala.
'No tenemos empleo y nuestros hijos tienen hambre', dicen los migrantes hondureños que salieron esta madrugada de San Pedro Sula, Honduras. Es la segunda caravana de migrantes del 2020 que, pese a la dura situación en la frontera, intentará llegar a México y cruzar a EUA. pic.twitter.com/m7FEeSsjaf
— Claudia Mendoza (@CMendozaHN) January 31, 2020
Una casa para vivir
De la pequeña caravana, que se comenzó a concentrar en las primeras horas del jueves en la terminal de autobuses de San Pedro Sula, en cuyas áreas verdes y al aire libre los inmigrantes durmieron anoche unas pocas horas, también forma parte Ana Rosa Torres, madre de nuevo hijos, de los que seis todavía dependen de ella, según dijo a Efe.
Duermen plácidamente en el duro piso de la terminal de buses, en San Pedro Sula. No imaginan lo que les espera en un trayecto que sus padres decidieron tomar, obligados, dicen, por la falta de empleo y la búsqueda de una vida mejor.
Nueva caravana de migrantes sale de Honduras. pic.twitter.com/JiLdsJt4Tw
— Claudia Mendoza (@CMendozaHN) January 31, 2020
Ana Rosa, de 48 años, llegó hasta San Pedro Sula procedente de Ciudad Nueva, una pequeña comunidad cercana al municipio de San Marcos de Colón, departamento de Choluteca, al sur y fronterizo con Nicaragua, donde se dedicaba a la venta de tortillas de maíz.
Según su relato, la venta de tortillas le dejaba 100 lempiras (cuatro dólares) diarios de "ganancia", lo que no es suficiente para una familia tan numerosa como la suya.
De la segunda caravana en lo que va de 2020, dijo que se enteró por los medios de comunicación y que decidió venirse desde su comunidad con su hijo menor, de ocho años, y con una hija de 20, que le ha dado dos nietas, de las que una, de tres años, les acompaña ahora.
Ana Rosa relató que su hija, para agenciarse algún dinero, vendía pescado o hacia "cualquier trabajito" para el gasto diario, pero el ingreso era muy bajo.
Uno de los tantos problemas que Ana Rosa dijo tener es la falta de una casa, por lo que le pidió al presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, que le regale una para superar su situación.
Al presidente Hernández "le pediría que se ponga la mano en la conciencia, que nos ayude a nosotras que no tenemos una vivienda, porque nosotras las madres solas nos vamos a correr ese riesgo de que nos puede pasar algo", en la caravana, expresó la inmigrante.
"Si me puede ayudar con una vivienda, si se pone la mano en el corazón y me ayuda, porque no tengo dónde vivir y no ajusto para pagar el alquiler de una casa", agregó.
Ana Rosa se identificó como "una madre sola" que ha sido "padre y madre" para sus hijos y no tiene dónde vivir. Su segundo marido, padre del hijo menor, murió hace varios años.
Un grupo de unos 200 hondureños salieron esta madrugada de #SanPedroSula rumbo a EEUU. Esta es la segunda #caravanamigrante2020 pic.twitter.com/4NRG5qOmuP
— Enma Calderon (@CalderonEnma) January 31, 2020
Segunda caravana en 2020
La caravana de este viernes es la segunda en enero de 2020, tras la que partió los días 14 y 15 por los puntos aduaneros de Corinto y Agua Caliente, fronterizos con Guatemala.
En la primera caravana salieron más de 2.000 personas, entre ellas niños, muchos de ellos de entre uno y cinco años, incluso adolescentes. En la de hoy también van muchas mujeres y niños pequeños.