«La mataron»: Abuelo halla cuerpecito de su nieta inerte en la cama

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Como todos los días, Fernando Alberto Mejía llegó pasadas las 5 a.m. a su casa en Tuetal Sur, Alajuela, Costa Rica luego de trabajar como taxista toda la noche y madrugada, sin pensar que encontraría una macabra escena que con el paso de las horas se convertiría en una pesadilla.

Su nieta Danacha, de 4 años, estaba muerta sin tener una explicación lógica de lo que pasó, ya que el día anterior la niña estaba en perfectas condiciones.

Mejía vive en una propiedad donde hay dos viviendas, en la del fondo habita solo con una gatita y en la de afuera su hija de 34 años, quien es la madre de tres hijos y otro que está en periodo de gestación.

“Cuando llegué escuché que mi hija dijo: ‘Está muerta, está muerta’ y entré a ver qué había pasado. Ahí fue donde tirada en la cama encontré a mi nietita, estaba sin ropa, solo con el pañal. La toqué, pero ya estaba muy fría. Creo que tenía varias horas de muerta”, relató el abuelo.

De inmediato dio aviso a la Cruz Roja, que movilizó una unidad hasta el lugar. Al hacer la revisión del cuerpecito, los paramédicos confirmaron que ya no presentaba signos vitales y la declararon fallecida.

“Yo vi a Danacha y ella tenía unos golpes cerca de los hombros, le pregunté a mi hija qué había pasado porque yo la dejé bien”, agregó dolido Mejía, quien aún no conocía la peor parte de la historia.

Aviso a autoridades

Al declararla fallecida, los socorristas procedieron conforme al protocolo y dieron aviso tanto a Fuerza Pública para que custodiara la escena, así como al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) para que procediera con las pesquisas del caso.

En la vivienda, además de los dos hermanitos de la víctima de 5 y 12 años, vivía un hombre de apellido Herrera y 18 años, pareja de la mujer y padre del bebé que viene en camino.

Justamente Herrera llegó tiempo después que Mejía preguntando qué había ocurrido, hecho que llamó la atención de este último, quien asegura que en una relación de cerca de dos años nunca lo vio trabajar.

“Cuando yo llegué no estaba y apareció diciendo que venía de trabajar, que qué había pasado, pero eso no me lo creí. Algo pasó aquí porque cuando me fui a trabajar sí estaba, incluso con mi mamá, que había venido a visitarlos, porque ella adora a mi hija y sus hijos”, agregó el taxista.

La escena permaneció en custodia y al llegar los agentes judiciales, con las primeras conversaciones permitieron que Mejía saliera, pero su hija y su compañero quedaron dentro.

Así fue como empezaron las pesquisas dentro de la vivienda y al cadáver, con el fin de encontrar indicios o pistas que arrojaran una luz sobre lo ocurrido a la menor.

Hombre agresivo

Mientras tanto, Mejía relató que a mediados del año anterior tuvo un encontronazo con Herrera y por eso ya no se inmiscuía en sus asuntos.

“Yo con ese hombre no me llevaba, incluso me había pegado, me dejó un pómulo dañado. No lo denuncié por no hacer más grande el problema, pero bueno, a lo mejor si lo hubiera hecho esto no hubiera pasado”, manifestó.

Eso sí, dejó claro que nunca vio que maltratara a los niños, aunque muchas veces escuchó discusiones y malas palabras en la casa de su hija, lo que no le gustaba, pero prefería no intervenir.

“Es un hombre raro, no cree en Dios, es medio satánico, uno siente su vibra rara. Yo siempre le dije a mi hija que no le convenía, pero ella siguió de terca”, añadió.

Homicidio

Fue pasada la 1 p.m. cuando un miembro del equipo que dirigía las investigaciones salió de la casa y llamó a un lado Mejía para darle detalles sobre lo que descubrieron.

“La mataron, la mataron. Mataron a mi nieta, esto fue un homicidio”, gritó desesperado el hombre frente a todos los que estaban reunidos afuera de su casa.

El agente le informó que tanto su hija como la pareja de esta quedarían detenidos al ser sospechosos de darle muerte a la niña a golpes.

“Me está diciendo que ya la revisaron toda y que no solo tenía los golpes que yo le vi, sino que le dieron vuelta y tenía más moretones en la espaldita, prácticamente en todo el cuerpo. No puedo creer esto”, dijo en medio de su tristeza.

Después de ocho horas de pesquisas los judiciales sacaron en brazos el cuerpo de la menor para subirlo a la morguera y trasladarlo a Medicatura Forense, donde lo someterían a la autopsia.

La imagen del cadáver de su nieta dentro de una bolsa plástica hizo que su abuelo rompiera en llanto.

Asesino

Minutos después llegó el turno de sacar a los dos sospechosos del asesinato de Danacha.

Primero fue el turno de Herrera, contra quien el abuelo explotó y empezó a decirle: “Asesino, hijo de puta”, a lo que los vecinos se unieron y en coro le gritaron: “Asesino, asesino, asesino…”.

Mejía le daba golpes a la patrulla donde lo transportaban y le advertía que se pudriría en la cárcel por lo que le hizo a su nieta.

Mientras que a la salida de su hija el taxista le gritó: “Hable, cuente lo que pasó. No sea cómplice de ese hombre”.

A ambos los trasladaron a las celdas judiciales para ponerlos a la orden del Ministerio Público y que se defina su situación jurídica en las próximas horas.

Denuncia

Al lugar también llegaron autoridades del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), que según confirmaron ya conocían del caso de agresión contra la niña desde hace varios meses.

DIARIO EXTRA consultó a la institución al respecto y mediante un comunicado de prensa su presidenta ejecutiva Patricia Vega reconoció que existe una denuncia que no se atendió debidamente.

“Una vez más la institución que represento no respondió en la forma adecuada cuando fue requerida su intervención. La oficina recibió la alerta, incumplió las normas de clasificación que rigen ante estas situaciones y no se le asignó la prioridad que el caso realmente ameritaba”, informó en un comunicado.

Además confirmó que los dos hermanos de la víctima quedaron en albergues de la institución mientras se determina lo ocurrido y si se le entregan en custodia a algún familiar.

El caso continúa en investigación para determinar si se lleva a juicio a la pareja.