Cuando el Congreso Nacional recortó hace un año el equivalente a casi 250 millones de dólares del presupuesto para la salud pública se presagiaba lo que ocurre hoy en Brasil, el desmantelamiento y retrocesos en ese sector, según medios locales.
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Un artículo publicado por el diario Brasil de Fato bajo el título 'Retrospectiva 2019: Menos médicos, menos inversiones y un baño de agrotóxicos', afirma que el gobierno de Jair Bolsonaro 'impuso una serie de impedimentos a los usuarios del Sistema Único de Salud (SUS)'.
Con menos dinero en las cuentas públicas alerta el texto- las consecuencias serían inevitables: hospitales desmantelados, menos funcionarios, falta de medicinas y minorías desatendidas.
Recuerda el rotativo que el ultraderechista 'finalizó el programa Más médicos creado en 2013 para llevar atención primaria hacia las zonas pobres y remotas del país'.
En su lugar, dio luz verde al programa Médicos por Brasilausencia de ocho mil médicos cubanos'.
La población empobrecida de las regiones periféricas en las grandes ciudades fue la más afectada por recortes, desasistida por el nuevo programa, según un informe de la Red Nacional de Médicas y Médicos Populares.
El 'Médicos por Brasil' también hizo inviable la construcción de nuevas unidades de salud y debilitó los vínculos laborales, añadió el artículo.
Además, la relación entre derechos laborales y servicios públicos de salud desencadenó diversas huelgas y protestas como reacción a las medidas del gobierno.
En junio, trabajadores de hospitales, unidades básicas de salud (UBS) y unidades de pronta atención (UPA) paralizaron sus actividades contra la reforma de las Pensiones, acotó el material periodístico.
Los manifestantes denunciaron que la propuesta penalizaba a los trabajadores para beneficiar el mercado.
A su vez, el aprieto financiero impactó las farmacias populares (más de 400 cerraron). Sin gestión por meses y con un 27 por ciento menos en el presupuesto, el programa dejó de atender a siete millones de personas en los dos últimos años, reveló el sitio digital Repórter Brasil.
Al propio tiempo, el Ministerio de Salud suspendió, sin explicaciones, el contrato con siete grandes laboratorios farmacéuticos públicos que producían 19 medicinas gratuitas a través del SUS, lo que impactó a 30 millones de brasileños.
A través del acuerdo -comentó el periódico-, el gobierno compraba medicinas por un precio menor (hasta 30 por ciento menos) que en el mercado.