Las matanzas en las ciudades de Sacaba y Senkata, que dejaron al menos 19 muertos y cientos de heridos, registradas en el marco del golpe de Estado en Bolivia no quedarán impunes, manifestó este sábado el presidente legítimo boliviano Evo Morales.
En un serie de tuis publicados en su cuenta personal, Morales señala que la senadora Jeanine Áñez, quien asumió la presidencia tras la asonada golpista, y Alejandro Murillo, nombrado ministro de Gobierno por las autoridades de facto, serán "alcanzados por la justicia".
En este sentido, el líder boliviano indica que "después del golpe de la derecha que dejó tantos muertos y heridos, hoy el pueblo se une, organiza y moviliza para recuperar la democracia y continuar con el proceso de cambio".
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Al respecto, en otro tuit, Morales, quien viajo temporalmente a Cuba desde México, donde permanece asilado, se congratula con el gran encuentro del Movimiento al Socialismo y los movimientos sociales, que se desarrollará este sábado en Cochabamba.
Delegados del y representantes de las organizaciones sociales realizarán un encuentro ampliado nacional en el departamento de Cochabamba, con vistas a las nuevas elecciones generales de 2020.
Las masacres de Sacaba y Senkata no quedarán impunes. Tarde o temprano Añez, Murillo, así como los militares y policías que se atrevieron a disparar con balas al pueblo movilizado contra el golpe, serán alcanzados por la justicia.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) December 7, 2019
En un último tuit, Morales agradece la labor del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) por informar al mundo que hubo graves violaciones a las garantías por parte del gobierno represor de Áñez.
La misión de observación desplegada en Bolivia por el ACNUDH documentó durante las protestas hechos de violencia que "podrían constituir graves violaciones a los derechos humanos", particularmente en Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto).
En un informe preliminar sobre la situación en Bolivia tras el golpe de Estado, la ACNUDH destacó la masacre de Sacaba, departamento de Cochabamba, donde murieron al menos nueve personas en medio de un operativo de las fuerzas de seguridad el 15 de noviembre.
También puso especial énfasis en "el trágico suceso" de Senkata, municipio de El Alto, donde fallecieron por lo menos diez individuos el 19 de noviembre, "durante una intervención del Ejército y de la Policía en el contexto de manifestaciones".
Una delegación del organismo de Naciones Unidas lleva tres semanas en territorio boliviano documentando las violaciones cometidas durante las manifestaciones a favor de Morales, después que el presidente dejó el país para evitar un "baño sangre".
Por otro lado, la Defensoría del Pueblo contabiliza un total de 35 fallecidos desde el 30 de octubre, y 32 de esas muertes se produjeron a partir del golpe contra Morales, consumado el 10 de noviembre.
Evo Morales, quien recibió asilo en México, fue víctima de un golpe de Estado, tras las elecciones presidenciales de octubre pasado en las cuales resultó reelecto, sin embargo, la derecha opositora orquestó una maniobra, apoyada por el ejército, para obligar la salida del mandatario legítimo.