Antes de que terminara el juicio, aún sin saber su futuro legal, Blanca Ermidia Cruz Benítez se paró ante el juez y declaró la tortura y sufrimiento que pasó durante 12 años de relación con su pareja, Félix Omar Castaneda Lemus.
En el juicio contra Blanca no hubo mucha discusión. Tres objeciones entre las partes y una sola versión de los hechos, era parte de los planteamientos en la vista pública que se realizó este jueves en el Juzgado Primero de Sentencia de San Miguel.
Blanca, de 60 años, mató a su marido de dos puñaladas, el sábado 13 de enero de 2018, tras una fuerte discusión y una agresión de parte de su marido. Lo confesó ante los policías minutos después del hecho y así lo estableció el juez en el juicio tras revisar la prueba.
Pero Blanca y su abogado, Adrián Sosa, afirmaron siempre que la señora mató a su marido en defensa propia, en legítima defensa, por defenderse aquella noche de violencia, cervezas y gritos.
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“A mi criterio, desde la audiencia inicial se conoció que hubo una legítima defensa, hubo una situación razonable de defenderse de parte de mi cliente. Estaba en desventaja ante su agresor, un exmilitar de 260 libras y diez años menor que mi cliente”, subrayó Sosa.
La versión de la imputada y su abogado fueron creíbles para el juez de Sentencia. Hoy, Blanca fue absuelta de los cargos de homicidio agravado y recobró su libertad.
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La imputada estuvo detenida 22 meses en Cárcel de Mujeres esperando su juicio.
El juez razonó que nunca hubo un agravante, es decir, Blanca nunca preparó y planificó el delito. Nunca huyó y sus vecinos que declararon como testigos confirmaron la violencia que ella sufría en la casa, aunque esta nunca lo denunció en ninguna delegación policial.
Pero en su razonamiento, el juez dijo que en muchos casos como el de Blanca, las mujeres no denuncian la violencia por la dependencia que tienen de su marido, por la economía, por el sentimiento, las amenazas y coacciones que sufren.
Blanca pidió perdón por lo que hizo, recordó cómo su marido la atacó ese día y las lesiones que le dejó, pero expuso que si no se defendía, ella sería la muerta.
El fin de una “pesadilla”
“Ya terminó esta pesadilla, nunca pensé que esto iba a finalizar de esta forma. Le pido perdón a la familia de él. Viví doce años entre días felices y tristes. Pero mi pareja se volvía loco, él mismo me decía que se tenía miedo”, expresó Blanca entre lágrimas.
Tras el fallo, sus hijos y otros familiares se unieron a la felicidad de Blanca, se abrazaron y lloraron.
A un costado de la sala de audiencias estaba la hermana de la víctima, quien se mostró cómo ofendida en el proceso y que expresó ante el juez que los suegros de Blanca la perdonaban por lo que hizo y que la justicia se encargará de su cuñada.
Al final del juicio, Blanca fue liberada, tras solventar un incidente de otro proceso legal que tenía por el delito de arma de fuego, informó El Diario de Hoy.