El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva alertó que Brasil ha perdido su soberanía debido a que el Gobierno del actual mandatario Jair Bolsonaro se ha dedicado a vender los recursos del país suramericano.
En una entrevista con el medio brasileño de periodismo investigativo Agencia Pública, Lula, quien permanece encarcelado desde el 7 de abril de 2018, afirmó que Bolsonaro, en el poder desde enero de 2019, sólo dice tonterías como un distractor.
El presidente “dice sus tonterías para entretener a la gente, entretener a la prensa, y (Paulo, ministro de Economía) Guedes está vendiendo Brasil, y pronto ya no seremos una nación. Hemos perdido nuestra soberanía”, se lamentó Lula.
“O Bolsonaro fala as bobagens dele pra entreter o povo, entreter a imprensa, e o [Paulo] Guedes vai vendendo o Brasil e daqui a pouco nós não somos mais uma nação. Perdemos a nossa soberania” – Lula à @agenciapublica
— Lula (@LulaOficial) October 31, 2019
El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) sostuvo que la actual administración carece de todo compromiso social con el pueblo brasileño.
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Afirmó que la familia Bolsonaro gobierna únicamente para favorecer sus propios intereses y, para ello, utiliza las fake news o noticias falsas.
El exmilitar que ganó las elecciones de 2018 “no tiene ningún compromiso con la verdad. Esos hijos de Bolsonaro, se complacen en ser mentirosos. No son serios, manifestó Lula da Silva.
Reiteró que su encarcelamiento, por presuntos actos de corrupción, es producto de una persecución política.
Dictadura en Brasil
El diputado e hijo del presidente brasileño, Eduardo Bolsonaro, amenazó este jueves con retomar medidas de la época de la dictadura para implementar en Brasil si se "radicaliza la izquierda" en la región.
Durante una entrevista se refirió al resultado de las elecciones en Argentina y a las protestas en Chile, y comentó que se podría reimplantar el Acto Institucional Número 5 (AI-5), el período más represivo de la dictadura militar.
El hijo del presidente Jair Bolsonaro justificó la renovación del AI-5 al decir que se ejecutó en un momento donde líderes progresistas como los exmandatarios Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff “trajeron pánico y terror" al país a finales de la década de 1960 y principios de los 70, informó Telesur.
