A pesar de que el Tribunal Segundo de Menores de Santa Tecla, La Libertad, los condenara a penas de 25, 76 y 101 años de cárcel, tres menores de edad solo pasarán 15 años en prisión por los asesinatos de once personas, por ser la pena máxima de cárcel que establece la Ley Penal Juvenil.
El juez del referido tribunal minoril declaró culpables de los once homicidios y de agrupaciones ilícitas a los menores José A., Daniel R., y Manuel J.; con base al relato que brindara el testigo criteriado (con beneficios penales) identificado con la clave Horus, según un informe de la Unidad Penal Juvenil de la Fiscalía General, reporta el medio El Salvador
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A Daniel R., le impusieron 100 años de prisión por haber participado en nueve asesinatos y año y medio por agrupaciones ilícitas, para sumar una condena de 101 años con seis meses de prisión.
José R., recibió 75 años de cárcel por haber asesinado a nueve personas más un año y medio por agrupaciones ilícitas.
Manuel J., es el que recibió la menor pena. Lo condenaron a 25 años de prisión por haber dado muerte a tres personas, más año y medio por pertenecer a la pandilla mara Salvatrucha (MS). En teoría tendría que cumplir con 26 años y seis meses de prisión.
Hay otros dos menores que fueron sentenciados a dos años y medio de cárcel por pertenecer a esa estructura delictiva.
La legislación penal juvenil establece en el artículo 15 que los menores delincuentes solo podrán cumplir una pena máxima de 15 años de prisión.
Los 11 asesinatos fueron registrados entre junio de 2015 a febrero de 2017 en los cantones El Chaparral, El Capulín, las colonias El Primo y La Esperanza; en Colón, La Libertad.
La mayoría de sus víctimas fueron pandilleros de la mara 18 y también personas que no tenían ninguna relación con maras, pero que supuestamente pertenecían a grupos delictivos, según un informe de la Fiscalía General.
Las investigaciones fiscales apuntan a que los menores condenados integraban un grupo de la Mara Salvatrucha (MS) que delinque en Colón y sus alrededores.
En la mayoría de los casos, los ahora condenados eran los que se encargaban de dispararles a las víctimas como parte de su lealtad a las pandillas, según el proceso judicial.
Actuaban con barbarie al grado de que acribillaban a sus víctimas y aún cuando ya estaban muertas, cada uno de los asesinos se pasaban las pistolas para que todos le dispararan en la cabeza. Cada víctima recibía no menos de cinco balazos, según los testimonios.
Uno de los testigos relató que como regla de la pandilla, se tenían que “rolar” (pasar) las armas porque todos los que participaban de un asesinato tenían que “mojarse” (participar) en la “pegada” (homicidio).
Un estudio de la Unidad de Justicia Penal de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) reveló que el 11 por ciento de la criminalidad que ocurrió entre los años 2007-2017 en El Salvador le fue atribuido a niños y adolescentes. También reveló que menores delincuentes fueron los responsables de la mitad de los 160 feminicidios que se cometieron en el primer semestre de 2017 en El Salvador.
Otro informe sobre la situación de los jóvenes en El Salvador de Unicef señala que los menores de edad son los responsables del 12.2 % de los delitos que se registran.