Cuatro reclusos que participaron en el motín que dejó 58 reos muertos en una cárcel de Altamira (estado de Pará, al norte de Brasil), murieron cuando eran trasladados a otro centro penitenciario de la región, informa la Secretaria de Seguridad Pública y Defensa Social (Segup) en un comunicado, donde añade que "se están investigando las causas de este hecho lamentable".
Los cuatro fallecidos, miembros de la misma banda y que al parecer lideraron los enfrentamientos del pasado lunes, presentaban señales de asfixia. Según Segup, los 30 rehenes que estaban siendo trasladados a la ciudad de Marabá, a unos 500 kilómetros de distancia, estaban esposados, y se les dividió en los cuatro compartimentos disponibles en el vehículo. De acuerdo con la nota, las autoridades no disponen de transporte con celdas individuales. Los 26 reclusos serán puestos en aislamiento.
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El lunes pasado, un motín desencadenado por un enfrentamiento entre los denominados Comando Clase A y Comando Vermelho (uno de los principales grupos criminales del país) provocó la mayor masacre en el país desde 1992, cuando en la prisión de Carandiru, en Sao Paulo, fallecieron 111 reos durante una rebelión. Ya en mayo, otros 55 reos murieron en otros dos días de conflictos en varias cárceles del estado de Amazonas.
"Fuera también hay una guerra"
"He visto escenas de horrores en el cárcel de Pará, pero también vi escenas macabras practicadas por esos que murieron contra personas humildes e indefensas. Fuera de las prisiones también hay una guerra donde solo un lado está armado", dijo este miércoles el presidente del Gobierno de Brasil, Jair Bolsonaro, que desde su campaña electoral ha prometido mano dura contra el crimen organizado.
El martes, un día después de la tragedia, la prensa preguntó al mandatario ultraderechista sobre el motín: "Pregunta a las víctimas de los que murieron allá qué es lo que piensan. Cuando respondan, yo te respondo", aseveró.
– Assisti as cenas de horrores no presídio do Pará , mas também vi cenas macabras praticadas por esses que morreram contra pessoas humildes e indefesas. Fora dos presídios também uma guerra onde praticamente só um lado está armado… pic.twitter.com/q01l32AlFw
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) July 31, 2019
"Esa no es un respuesta, por el amor de Dios, que un presidente da a las familia. Cada preso tiene una madre, un padre. Las madres están allí llorando", declaró Erwin Kräutler, obispo emérito de la prelatura del Xingu, en Pará, al diario la Folha de S. Paulo.
Brasil tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo, con más de 812.000 presos, según datos del Consejo Nacional de Justicia (CNJ). Algunas de las prisiones del gigante latinoamericano son consideradas las más violentas a escala mundial. El hacinamiento y las condiciones insalubres en las que viven los presos son causas de violencia, pero también los enfrentamientos entre facciones, informó RT.