Delincuentes matan a nicaragüense en finca de Heredia, Costa Rica

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Dos balazos mataron al nicaragüense Francisco Antonio Cruz Romero, de 39 años, pero en apariencia no iban dirigidos contra él, sino contra un amigo al que acompañó para evitar que un grupo de delincuentes robara chatarra.

El homicidio ocurrió en la finca cafetalera La Lechería en San Pablo de Barva, Heredia, Costa Rica donde Cruz trabajaba como peón y recibió dos impactos de bala en el tórax.

El compañero del occiso se llama José Ángel Ruiz y recibió un disparo en el pie izquierdo.

Según Ruiz, el ataque se produjo entre las 2 y 3 a.m. cuando el guarda de la chatarrera que opera contiguo a la finca escuchó a los perros ladrar.

Entonces le dio aviso a Ruiz, quien bajó una primera vez, pero no divisó a nadie en el cafetal, por lo que regresó a las covachas donde duerme.

 

Precisamente cuando regresaba a la casa recibió otra alerta del guarda, quien le manifestó que había varios tipos dentro del terreno.

“Me alisté y me fui a ver, ya había bajado y no encontré nada, pero Toño (alias del difunto) me dijo ‘hombre, no vayás solo, yo te acompaño para que no te maten solo’.

Escuché una bulla entre los matorrales, en eso salió un tipo y disparó. Me metí detrás de un palo, el tiro le pegó a Toño, salí corriendo en medio de la oscuridad, cuando iba llegando a la casa llamó el de la chatarrera que escuchó la detonación y le dije ‘se apearon a Toño’.

En eso llamamos al patrón y a la policía, cuando ellos llegaron fuimos a ver, pero Toño estaba tirado en el suelo, muerto.

"El tiro era para mí, me dijo el de la policía, sino fuera por Toño el que estaría muerto sería yo”, dijo Ruiz.

Agregó que otro de los vigilantes fue herido, según las autoridades, en el muslo derecho.

"Toño" era un buen hombre

Ernesto Espino, otro de los recolectores de la finca, manifestó que conocía a Toño hace 8 meses, pues iba y venía de Nicaragua donde había dejado un hijo.

“Recuerdo que era un buen hombre, dicen que no hay muerto malo, pero Toño era buena persona, no se metía con nadie, tampoco tomaba o fumaba”, sostuvo.

Hasta el lugar llegaron Sergio Laguna, amigo del fallecido, y el cuñado de Toño. 

Ambos señalaron que el pinolero, además del hijo en Nicaragua, tenía dos muchachas de 16 años en Costa Rica.

Contaron que estaba casado con una vecina del pueblo. “La verdad esto nos agarra por sorpresa, él vivía acá hace 4 años, tenía las dos hijas, ahora la familia está viendo a ver si nos dan el cuerpo en San Joaquín.

Él se vino de Nicaragua y allá dejó otro hijo, no sabemos quién le hizo esto, pero esperamos que las autoridades los agarren, dicen que eran varios”, expresó Laguna.

Al parecer los delincuentes llegaron para robar la chatarra, de hecho ya llevaban varios pedazos que dejaron botados a medio camino, hasta que fueron sorprendidos por el ahora occiso.

Los delincuentes huyeron sin ser reconocidos y el caso sigue en investigación por parte de los judiciales, según el DIARIO EXTRA.