Cristhel Suyapa Martínez (6), la “Niña Árbol” de Honduras, ha logrado una sustancial recuperación de su rara enfermedad que le fue diagnosticada por el médico dermatólogo Cándido Mejía, como ictiosis vulgar.
La ictiosis vulgar es un trastorno hereditario en el que las células de la piel se acumulan en escamas gruesas y secas en la superficie de la piel, una afección que la pequeña sufre desde los cuatro meses de nacida.
La menor ha sido tratada en varios centros asistenciales del país, pero debido a su rara enfermedad, los médicos no habían podido encontrar la fórmula científica para procurar su sanación.
Irma Concepción Martínez Alvarado (30), madre de la menor, ha señalado que debido a la pobreza extrema en que viven ella y su familia, les ha tocado aguantar hambre y hasta dormir en el suelo, durante el tiempo que ha andado en busca de salud para su hija.
LA ACOMPAÑA LA TRIBUNA
Un equipo periodístico de LA TRIBUNA recientemente viajó hasta la comunidad El Anís, aldea Cunimisca, municipio de Curarén, departamento de Francisco Morazán. Para llegar a ese lugar se debe sortear una odisea, y es allí donde viven otra niña de nueve y un varón de cinco años, también hijos de Irma Concepción, quienes están al cuidado de su abuela, Elsa Velásquez.
La ejemplar mujer ha dado “la vida” por su niña con la esperanza de verla sana, de forma que ha dejado a sus otros dos hijos en poder de su mamá. Para salir o llegar a la casa se deben atravesar ríos, quebradas, subir y bajar cerros de enormes acantilados, ya que la vivienda de adobe está ubicada en un lugar muy inhóspito, donde solamente hay otra casa en las cercanías y las demás están a unos cinco kilómetros de distancia.
HACE MESES NO LOS MIRA
Desde hace cinco meses Irma Concepción no mira a sus otros dos hijos, ya que a inicios de enero salió de su casa en busca de tratamiento para Cristhel Suyapa.
La progenitora confió que ante la desesperación por ver sana a su hija, visitó varios hospitales, posteriormente se desplazó a la ciudad de Comayagua, ya que alguien le informó que allí había una clínica de unos norteamericanos donde le podían curar a la niña.
En esa clínica estuvo un día, donde por medio de una mujer que andaba en busca de medicina, logró conocer a una abogada que la recomendó con el reconocido dermatólogo Cándido Mejía, quien es el jefe de Dermatología del Hospital “Mario Catarino Rivas”, de San Pedro Sula.
EN “MARIO CATARINO RIVAS”
El 1 de abril pasado, la niña llegó “chineada” o en brazos de su madre al centro asistencial y, gracias a Dios, salió caminando el pasado 9 de mayo, cuando le dieron el alta. Durante ese tiempo, el doctor Cándido Mejía logró tratarle la enfermedad que le fue diagnosticada como ictiosis vulgar.
“En primer lugar se procedió a hacerle un diagnóstico preciso y oportuno de lo que es la enfermedad, para poder encontrar a qué se debía la causa de este tipo de problema y, finalmente, el resultado del diagnóstico fue una ictiosis vulgar”, explicó el especialista en dermatología.
El facultativo detalló que el tratamiento que le hizo a Cristhel Suyapa para combatir la ictiosis vulgar, fue a base de retinoides orales, porque es una enfermedad genética que requiere de un tratamiento a largo plazo.
Los retinoides son un tipo de compuesto químico que está relacionado químicamente con la vitamina A. Se emplean en medicina, principalmente debido a su acción sobre el crecimiento de las células epiteliales.