Hasta el sábado, en el norte de Guatemala, específicamente en San Andrés, Petén, se tenían registrados 20 incendios forestales, de los cuales siete fueron controlados en su totalidad, según el reporte de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres.
El Ejército confirmó que los siniestros han sido provocados, debido a que ocurren en áreas remotas en donde en febrero se destruyeron varias pistas aéreas clandestinas. Por ello, no descarta que los incendios sean causados por el crimen organizado para facilitar sus accione ilícitas.
De hecho, en los lugares donde se registraron los incendios se tiene pendiente inhabilitar varias pistas clandestinas. Este trabajo se hace luego de la intervención del Ministerio Público y con una orden judicial.
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Según señalaron personeros del Ejército, la situación se complica más debido a que mientras se avanza en el control de los incendios, sujetos llegan al lugar y los vuelven a activar.
Por ejemplo, el sábado, en el lugar conocido como Los Pocitos, en el Parque Nacional Sierra del Lacandón, brigadas del Ejército que luchaban contra los incendios descubrieron que desconocidos dejaron marcas rojas en el bosque, presuntamente para invadir el lugar después.
Mientras las brigadas apagaban los incendios, personas con antorchas volvieron a atizar el fuego.
Los siniestros no solo destruyen el bosque, sino también afectan la biodiversidad del lugar.
La situación es tan complicada que el Ejército debió asignar elementos de la Marina para que brindaran protección a los helicópteros cuando recogen agua del Lago Petén Itzá, porque tiene información de que pueden ser atacados por el crimen organizado.