CONCEPCIÓN NORTE, Santa Bárbara. A varias horas de que su cadáver fuera velado, un niño de dos años comenzó a moverse y a llorar dentro de su ataúd, informaron sus parientes, en la comunidad hondureña de Las Flores, Santa Bárbara.
Se trata del menor Elmer Óseas Manzano, quien habría sufrido una intoxicación por alimentos. Según dijeron sus familiares, el pequeño falleció cuando lo llevaron a la clínica de Trinidad, Santa Bárbara, donde le dieron un medicamento que no lo curó.
Posteriormente, con la ilusión de que el infante siguiera con vida, trasladaron el cuerpo hasta San Pedro Sula, para que lo atendieran en el Hospital Mario Catarino Rivas, donde les confirmaron su muerte por intoxicación.
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En un inicio, la madre del niño, Elena Romero, explotó en furia porque no se le explicó la causa de muerte de su hijo.
FUE VELADO 24 HORAS
Por 24 horas, la familia determinó velarlo y al sepultarlo sucedió “el milagro”. El niño se movió en el interior del féretro. En esta ocasión los dolientes experimentaron espanto, pero luego comenzaron a orar y a darle gracias a Dios por el “milagro”, entre lágrimas y desmayos.
Los pobladores indicaron que mientras realizaban las oraciones, quedaron atónitos al observar que el niño abrió los ojos y comenzó a llorar.
Una tía del pequeño dijo a medios de comunicación que "al niño le iban a poner tres inyecciones, pero le zamparon (aplicaron) 10. Al niño lo teníamos en el cementerio y cuando lo destaparon para darle el último adiós, ya estaba aguadito de vuelta…".
"… y lo que hicimos fue llevarlo de nuevo para Trinidad, Santa Bárbara, y nos dijeron que acababa de morir de nuevo", manifestó.
Agregó que “hace 36 horas tocaba enterrarlo y nuevamente se puso sudado y aguadito”.