Tegucigalpa y Comayagua se visten de colores con alfombras de aserrín

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Semana Santa para muchos tiempo de vacacionar, para otros, momento de reflexión y adorar a Dios. 

Sea cual sea su concepto de la Semana Mayor, Tegucigalpa y Comayagua en Honduras, son las principales regiones que se destacan por la elaboración de alfombras de aserrín que engalanan las calles de esas ciudades.

Las alfombras de aserrín son elaboradas por feligreses católicos de diferentes iglesias que con moldes y aserrín de colores le van dando forma a la imagen religiosa que pretenden quede plasmada en el pavimento de la ciudad.

 

La bella ilustración que queda al final no dura mucho intacta, pues el motivo de su elaboración es que por allí transiten las procesiones.

Origen

La primera alfombra de Honduras se elaboró en el año de 1963 por Doña Miriam Mejía de Zapara, en la ciudad de Comayagua.

La figura representaba un cordero que yace en un pedestal sosteniendo una bandera blanca con una cruz roja en medio.

Doña Miriam hizo esta obra como celebración del nombramiento de Monseñor Masarella como obispo de Comayagua, ya que la ciudad llevaba 100 años sin una autoridad eclesiástica de este tipo.

 

En Tegucigalpa, la Avenida Cervantes sirve de lienzo para la creatividad de cientos de feligreses, que con creatividad elaboran enormes imágenes que engalanan alrededor de 600 metros de pavimento. Entre los instrumentos de trabajo resaltan toneladas de aserrín de colores, plantas ornamentales y diferentes granos y semillas.