Los rescatistas trabajaban intensamente este sábado para encontrar con vida a 12 personas que continúan desaparecidas bajo los escombros, luego del derrumbe de dos edificios en Río de Janeiro, Brasil.
El desplome del viernes dejó hasta el momento siete muertos, entre las víctimas mortales hay dos hombres, una mujer y dos niños. Los bomberos no difundieron sus identidades.
El desplome afectó a dos edificios de cuatro pisos, que según el alcalde de Río de Janeiro Marcelo Crivella fueron construidos sin los permisos del gobierno en Itanhangá, una zona del oeste de la ciudad.
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Más de 100 bomberos y miembros de defensa civil y la policía civil y ambiental trabajaban con perros rastreadores, drones y helicópteros. Los edificios colindantes fueron evacuados por riesgo de que se produzcan nuevos derrumbes.
#VideosLaJornada Dos pequeños edificios en Río de Janeiro, #Brasil se derrumbaron matando a por lo menos dos personas y lesionando a otras siete. El colapso se produjo en una zona afectada por las fuertes lluvias de esta semana.https://t.co/psATxZoTMX
— La Jornada (@lajornadaonline) April 12, 2019
Vecinos de edificios del área observaban expectantes las tareas de búsqueda sin poder regresar a sus casas por el peligro de nuevos desplomes. Los bomberos apenas autorizan el ingreso para retirar alguna pertenencia y salir.
Mala calidad de la infraestructura
Según una nota oficial, las construcciones fueron erigidas en una zona de “alto y medio riesgo de deslizamiento”, en una zona considerada de protección ambiental.
En noviembre pasado, los predios habían sido clausurados de acuerdo a la alcaldía. Sin embargo, las viviendas fueron ocupadas y se violó la restricción.
En Brasil sube a cinco el número de muertos por el derrumbe de dos edificios en Río de Janeiro ?https://t.co/W2yIEMl0Kr pic.twitter.com/YTTw9Q6EGj
— 24h (@24h_tve) April 13, 2019
El accidente expuso la mala calidad de la infraestructura en áreas precarias y la ausencia de un efectivo poder de fiscalización del gobierno en un área que está bajo el control de milicias.
La acción de grupos paramilitares es un problema creciente en el estado de Río, lo que obliga a muchos vecinos a vivir casi como rehenes de milicianos y pagar “impuestos” y otras tasas impuestas por la fuerza.
Cuando comenzaron a actuar hace varias décadas, muchos las consideraban una solución al flagelo de la inseguridad y el narcotráfico ante la falta de respuestas del Estado. Con el tiempo, sin embargo, se han vuelto una de las amenazas más grandes a la seguridad. Según el ministerio de Seguridad, las milicias controlan cerca de un cuarto del territorio del estado.