El vocero de la Iglesia católica en Costa Rica, Jeison Granados, confirmó este jueves que desde el 2013 las autoridades eclesiales conocían sobre el caso del sacerdote Jorge Arturo Morales Salazar.
Jorge fue detenido en Paso Canoas, frontera con Panamá, cuando intentaba salir de Costa Rica.
Granados asegura que el caso fue recibido con toda la seriedad y que se atendió al joven Fabián Arguedas, a sus padres y unos testigos que aportó.
La Iglesia continuó con el trámite de la denuncia canónica a tal punto que enviaron el caso al Vaticano, desde donde dieron una resolución, pero el Tribunal Eclesiástico de Costa Rica no estuvo de acuerdo y devolvió el caso para su revisión. Esto fue en el 2018.
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“El sacerdote en cuestión no es cura párroco, no tiene ningún oficio parroquial, se le limitó el ejercicio del ministerio sacerdotal a celebrar misa en un monasterio de monjas contemplativas en Guadalupe”, explicó el vocero de la Curia quien confirmó que sí tenía el cura medias cautelares eclesiásticas.
Como tenía esas medidas cautelares y no avisó que se iba del país, recibirá una amonestación, aseguró Granados.
De acuerdo a un comunicado enviado por el Ministerio Público, el cura “es investigado como sospechoso de cometer un presunto delito sexual”. Fue detenido en Paso Canoas.
“La curia no tenía conocimiento de la salida de Morales Salazar, pues él no pidió autorización. Es importante decirles, que el arzobispo metropolitano va a aplicar un tipo de sanción, una amonestación por no avisar que iba a salir del país; es obligación que él y todos los sacerdotes avisen cuando van a salir del país”, explicó Granados.