Chile crea el parque marino más austral de América

chile

Santiago de Chile, 22 ene (EFE).- Chile tiene desde este martes el área protegida más austral del continente americano con la publicación en el Diario Oficial del Parque Marino Islas Diego Ramírez-Paso Drake, situado en la región de Magallanes y con una superficie de casi 145.000 kilómetros cuadrados.

La creación del parque marino busca proteger el archipiélago Diego Ramírez, una de los últimos lugares prístinos del planeta, indicó en un comunicado el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), una corporación que ha estado detrás de la iniciativa junto a las autoridades chilenas.

El archipiélago Diego Ramírez se ha convertido en un sitio estratégico para especies amenazadas y para el estudio de los efectos del cambio climático.

"Esta es una gran noticia para Chile y el mundo (…). Estas islas son relevantes no solo para la conservación, sino también para el monitoreo, mitigación y adaptación al cambio climático global", señaló Ricardo Rozzi, director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) e investigador de la Universidad de Magallanes (UMAG).

Rozzi subrayó que además de implementar el parque marino, se construirá el Centro Subantártico Cabo de Hornos, que se inaugurará durante la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 25), que se llevará a cabo en Chile en enero de 2020.

Andrés Mansilla, vicerrector de Investigación de la Universidad de Magallanes, aseguró que la creación del parque pone a Chile "a la vanguardia de la conservación de los océanos".

"Especialmente si consideramos que las islas Diego Ramírez y el Paso Drake marcan el límite sur de los ecosistemas subantárticos y, por lo tanto, de la transición entre la biodiversidad antártica y subantártica. Es un lugar de conexión único en el mundo", dijo el académico.

El archipiélago Diego Ramírez está considerado como una de las últimas regiones prístinas del mundo debido al aislamiento geográfico y sus agitadas aguas, que dificultan el acceso a sus parajes.

El bajo impacto humano ha mantenido gran parte de sus ecosistemas intactos y a salvo de múltiples amenazas, precisó el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

Además es un sitio clave para el estudio del impacto del cambio climático en la biodiversidad marina y terrestre del extremo sur de América.

Una de las investigaciones más innovadoras que se están llevando a cabo es el estudio de la respuesta de los insectos ante el calentamiento global, liderado por la científica Tamara Contador.

"Los insectos son como maquinitas, muy susceptibles a los cambios de temperatura. Si esta aumenta, experimentan modificaciones en su reproducción y en otros aspectos, con las consecuencias que eso puede generar", explicó Rozzi, director del IEB.