El médium brasileño Joao Teixeira de Faria, conocido como Joao de Deus, ingresó en prisión preventiva acusado de haber cometido abusos sexuales durante años contra al menos 335 mujeres en Brasil y en otros seis países.
El célebre curandero, de 76 años, se entregó este domingo a la Policía, tras una larga negociación, en las proximidades de la localidad de Abadiania, en el estado de Goiás (centro), donde desde 1976 realizaba "curas milagrosas" y "cirugías psíquicas" en una especie de templo que él fundó.
"Me entrego a la Justicia divina y a la Justicia de la tierra", dijo el gurú antes de entrar en un vehículo policial, en un video grabado por una periodista del diario 'Folha de Sao Paulo'.
Después fue conducido a una comisaría en la capital regional Goiânia para ser interrogado y posteriormente, está previsto que ingrese en un complejo penitenciario de la zona.
El escándalo, conocido como el "Me too" brasileño, tomó relevancia desde la semana pasada con el testimonio de una docena de mujeres a diferentes medios de comunicación de Globo, el mayor grupo audiovisual del país.
A partir de ahí, se generó una ola de denuncias con historias semejantes que obligó a la Fiscalía de Goiás a montar un grupo especializado para atender los relatos, vía telefónica o correo electrónico, de todas las mujeres.
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Según datos oficiales, las autoridades han recibido, hasta el momento, 335 denuncias por presunto abuso sexual procedentes de "más de la mitad" de los 27 estados de Brasil y de otros seis países: Alemania, Australia, Bélgica, Bolivia, Estados Unidos y Suiza.
Con base en eso, la Justicia brasileña decretó el viernes la prisión preventiva de Joao de Deus, quien asegura que no sabe leer ni escribir y se define en su página web como "apenas un hombre" con "defectos" y "limitaciones".
La Fiscalía le consideró "prófugo" de la Justicia desde el sábado tras buscarle sin éxito en al menos 30 direcciones diferentes, si bien la Policía nunca le trató como un fugitivo, pues negociaba en paralelo con el curandero y sus abogados para pactar una entrega.
El comisario de la Policía Civil André Fernandes, encargado del caso, dijo hoy que están "analizando caso a caso" y que ahora "el gran desafío" es probar los abusos denunciados.
"Lo que llama más la atención es la singularidad del comportamiento. Hay un 'modus operandi' común que fue revelado por diversas víctimas", explicó Fernandes en una rueda de prensa.
De los cientos de relatos recibidos, la Policía de Goiás solo ha tomado formalmente 15 declaraciones "contundentes" y "precisas" en las que se narran "todos los detalles" durante "más de dos horas", según el comisario.
"Esos testimonios refuerzan el comportamiento de abuso, aquel patrón de acción. Hay pruebas que no podemos revelar por cuestión de investigación", añadió.
Asimismo, explicó que había tres investigaciones en curso antes de que el escándalo alcanzara dimensión internacional a partir de su exposición en la prensa.